El centro de día Arco Pajarito se sumará al programa 'En mi casa'

Samanta Rioseras / Aranda
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El local arandino de la Junta de Castilla y León será la primera unidad de estancia diurna de la provincia en apostar por este nuevo modelo de atención. Las obras ya han comenzado y la inauguración se prevé para principios de año

El modelo de atención ofrecido por la Junta de Castilla y León a las personas mayores instaladas en residencias dio un giro hace aproximadamente dos años instaurando el programa En mi casa. Ahora, este nuevo planteamiento que otorga el protagonismo a los usuarios para que sean ellos quienes decidan cómo emplear su tiempo, comienza a instaurarse también en los centros de día de toda la comunidad. En la provincia burgalesa, la institución arandina Arco Pajarito será la primera en adherirse.
El proyecto lleva consigo una serie de cambios organizativos que implican, además, algunas obras de acondicionamiento. Trabajos que ya han comenzado a desarrollarse en el centro para comenzar a funcionar en enero. Básicamente se centra en temas de decoración para dotar al espacio de un carácter más acogedor. El director del centro, José Ramón Estébanez, adelanta que también se instalará más mobiliario y «una cocina para que en sus cumpleaños o cuando lleguen las fiestas de sus pueblos puedan hacer un bizcocho o una sopas de ajos».
Recetas que no cita al tuntún, sino por los comentarios de los usuarios: «Se están implicando con los cambios, quieren que contemos con ellos. Ya nos han dicho hasta cómo les gustaría que fueran las cortinas», comenta. «Les gusta la idea», asegura, tras reconocer que, al principio, se mostró «un poco escéptico». Sin embargo, ahora se muestra convencido de que el avance será positivo: «Aquí pasan muchas horas, unas ocho diarias, y si salen satisfechos eso también les ayudará a seguir esa línea en sus casas», añade.
«A veces, las personas mayores van a los centros y dejan de hacer cosas, pierden su autonomía», lamenta la trabajadora social, Rosalía García. «Con este programa se trata de fomentar sus habilidades y dejarles hacer cosas: que sigan cocinando, manejando dinero, comprando...», enumera. Del mismo modo, destaca la importancia de que sean los propios usuarios quienes decidan en qué actividades emplear su tiempo. «Ahora podrán decidir cómo pasar la tarde. Se trata de incentivarles para que hagan lo que les apetezca».
Una libertad que podrán ejercer en cuatro espacios diferentes las personas mayores de 65 años que tramiten la solicitud de dependencia. «Actualmente disponemos de 10 plazas, pero con el nuevo programa se ampliará hasta las 15», afirma Estébanez.
 
Envejecimiento activo. Con más de 20 años de experiencia a sus espaldas, alrededor de 500 personas frecuentan, a diario, el centro Arco Pajarito. A lo largo de este tiempo, explica Estébanez, la demanda ha disminuido. Tendencia que achaca al surgimiento de otras actividades organizadas por cajas rurales, CEAS, asociaciones, los viajes del Club de los 60 o la Universidad de la Experiencia.
«Hemos notado que la gente también tarda mucho más en venir. Antes lo hacían en cuanto se jubilaban», asevera. «Se debe al envejecimiento activo», opina. Un concepto que trabajan en el centro ofreciendo múltiples formas de ocupar el tiempo libre. 
La oferta no solo incluye el conocido servicio de comedor, las partidas de cartas o la lectura de prensa diaria. Tienen una docena de talleres financiados por laCaixa y otros 11 organizados por el propio centro. La gimnasia de mantenimiento y las clases de baile son los más demandados. Así lo confirman los participantes sin perder el ritmo. «Para nosotros es algo buenísimo. Es maravilloso», dicen, tras protestar, entre risas, por una visita inesperada que no les ha permitido preparar la coreografía completa.
Misma opinión comparten los actores del aula de teatro. Volcados con su afición, lamentan que «la crisis haya reducido sus actuaciones», pero siguen esforzándose en las que les quedan. «Aprender el texto a nuestra edad tiene su dificultad, pero lo más complicado es interpretar», aseguran.
Frente al ordenador, los obstáculos se superan con ayuda de los profesores que les proporcionan las herramientas básicas para ver las fotografías que les envían sus familiares o las que ellos mismos realizan. También para desenvolverse en el aturullante mundo de las redes sociales. «Nos vale mucho para hablar con nuestros hijos y nietos. Nos resulta muy útil», dicen los alumnos.