El efecto 'Eucharistia' se disuelve en Aranda

I.M.L. / Aranda
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La cifra de visitantes que han pasado por la capital ribereña desde el cierre de la muestra de Las Edades del Hombre vuelve a los valores de 2013. De los negocios abiertos con motivo de la muestra, 1 de cada 3 ha echado la verja

Se ha cumplido un año de la clausura de la exposición de Las Edades del Hombre que ocupó durante la mitad del año pasado los dos templos más emblemáticos de la capital ribereña, Santa María y San Juan. Una muestra que atrajo a la villa arandina una inusitada actividad volcada en el ámbito turístico, con apertura de nuevos negocios e intensificación de los esfuerzos para sacar el mayor provecho al movimiento que atrajo Eucharistia. 
Las cifras al final de esta etapa de ebullición turística hablan por sí solas. La muestra de arte sacro cerró sus puertas tras recibir a 301.338 visitantes, un 33% más que lo registrado en la edición anterior, Credo, celebrada en Arévalo (Ávila), porcentaje que se reduce al 23% si se tiene en cuenta que la cita abulense cerró tres semanas antes. En lo relativo a la procedencia de viajeros, el 50% llegó de Castilla y León y, dentro de ellos, el 29% procedía de Burgos y el 22% de la propia Aranda. Además, el 24% del total fueron visitantes internacionales, de los que el 81,7% eran europeos, destacando franceses (26%) y británicos (18,2%). 
Por la Oficina de Turismo de Aranda se dejaron caer para pedir información sobre la zona un total de 101.969 personas entre los meses de mayo a octubre de 2014. Haciendo la comparativa con la evolución del turismo tras el paso de Las Edades del Hombre por Aranda de Duero, en los mismos seis meses de este año, los profesionales de la Oficina de Turismo han atendido a 21.316 personas, menos de una cuarta parte. 
Esta comparativa es engañosa, ya que la celebración de una muestra de estas características en cualquier ciudad siempre provoca un aumento espectacular de las cifras de visitantes. Para conocer el efecto que Eucharistia ha dejado en el sector turístico arandino hay que apreciar si la villa ha recibido más o menos gente que el año 2013. Y la respuesta es que menos. Los número hablan por sí solos: en los seis meses que pasaron entre mayo y octubre de 2013, fueron 22.746 las personas que atendió la Oficina de Turismo, mientras que en el mismo periodo de este año, la cifra se queda en 21.316, casi las mismas personas que visitaron Eucharistia solo en el mes de septiembre.
 
Puertas cerradas. Uno de los motivos a los que se debe esta escasa repercusión del tirón que puede suponer una exposición de Las Edades del Hombre para el aumento del movimiento turístico en una ciudad es la imposibilidad de visitar algunos de los recursos de mayor valor. Tras la clausura de Eucharistia, la iglesia de San Juan y su museo sacro han permanecido cerrados, hasta el día de hoy, a la espera de poder renovar este espacio expositivo. Lo mismo pasa con la iglesia de Santa María que permaneció clausurada hasta el pasado mes de mayo a causa de unas obras de arreglo y que solo estuvo abierta para el turismo los meses de julio y agosto, ya que ahora solo se abre para los cultos religiosos. A eso se suma que las dos bodegas subterráneas que posee el Ayuntamiento, la de las Ánimas y la de las Caballerizas, tampoco se pueden ofrecer a los visitantes porque permanecen cerradas, por distintos motivos.
La actual concejala de Turismo del Ayuntamiento arandino, Azucena Esteban, que se hizo cargo de esta sección municipal el pasado mes de mayo, lamenta que los trámites administrativos estén retrasando en demasía la reapertura de recursos como el Museo Sacro de San Juan y la Bodega de las Ánimas y asegura que su organización del trabajo habría sido otra. «Los trámites van muy lentos, demasiado. Yo considero que las prioridades se tenían que haberse modificado antes para poder acelerar el proceso y abrir cuanto antes el Museo Sacro, porque es uno de los atractivos que tenemos que potenciar y sacar partido», reconoce Esteban.
A esta visión sobre la necesidad de reabrir los recursos turísticos que se encuentran aún cerrados se suma el presidente de la Asociación de Fomento del Turismo en la Ribera (Afotur), Jesús Tudanca, que lamenta que muchas puertas estén cerradas para el turista. «No se da al visitante la cobertura turística que se le debe dar porque Aranda tiene referentes de museos para disfrutar que lamentablemente no se pueden visitar porque no hay personal que lo abra y haga las visitas acompañando a las visitas, es lamentable», se queja, no sin antes reconocer que el ‘efecto Edades’ se ha dejado notar en Aranda y la comarca porque «hay más gente que viene a ver la comarca, atraídos por el enoturismo, y Aranda también, no hay más que ver cómo están los establecimientos hosteleros los fines de semana». En esta línea va también la valoración de los hosteleros. Su presidente, Félix Marina, reconoce que «este año hemos trabajado bien, sobre todo con gente que ha venido de fuera, y eso es consecuencia de la publicidad que se hizo de Aranda durante todo el año pasado y se ha sabido transmitir las bondades de nuestra gastronomía».