Puede que haya tocado techo o que simplemente empiece a estabilizarse. Pero lo cierto es que los ciclos de grado medio y grado superior de Formación Profesional (FP) han perdido por primera vez alumnos este curso desde que en el de 2008-2009 comenzaran lo que parecía un imparable ascenso. El recorte es leve, de apenas 70 estudiantes, pero puede que marque la tendencia de los próximos años, aunque, por el momento, siguen superando a otros estudios como el Bachillerato en lo que a número de estudiantes se refiere.
Los datos facilitados por la Dirección Provincial de Educación así lo reflejan. Si el año pasado un total de 6.192 personas se matricularon en grado medio o superior, este curso lo han hecho 6.125, cifra que, sin embargo, sigue siendo superior a la de otras enseñanzas como el Bachillerato, con 5.189 alumnos, prácticamente los mismos que hace un año. Una diferencia que puede tener su explicación no solo en el tirón que tienen algunos de los estudios de FP sino también en el hecho de que muchos adultos han optado por esta vía de educativa como alternativa a la situación del mercado laboral debido a la crisis.
En cualquier caso, cabe destacar que en el curso 2008-2009 la Formación Profesional contaba con 4.298 estudiantes, 1.800 menos que en la actualidad. Los más de 6.000 matriculados este curso no cubren el total de plazas ofertadas, si bien hay ramas de estudio en las que la demanda es muy superior a la oferta. Son, por este orden, las ya tradicionales de sanidad y hostelería, seguidas de la automoción, para las que el pasado mes de junio se recibieron bastantes más solicitudes que vacantes.
«Todo el que ha querido ha entrado en FP», afirma el director provincial de Educación, Juan Carlos Rodríguez Santillana, si bien apostilla que puede que no lo haya hecho en el perfil profesional que encabezaba sus preferencias y alude a las ramas de la Administración como «ciclos refugio» para quienes no han podido acceder a las modalidades deseadas.
Así y a modo de ejemplos, entre los estudios más requeridos en junio estaban los sanitarios del instituto Enrique Flórez, que suman en sus 4 especialidades de grado medio 192 alumnos y 171 en las tres de grado superior. Por su parte, la Escuela de Hostelería de La Flora cuenta con 243 estudiantes, de los cuales 112 son de nuevo ingreso, mientras que también están completos los primeros cursos de automoción del Aramburu.
Menos de nuevo ingreso
Al margen de estos ejemplos, el descenso de alumnos de Formación Profesional se ve claramente en los de nuevo ingreso. Un total de 1.995 estudiantes cursan primero de grado medio, cuando hace un año eran 2.046, mientras que 1.538 empiezan un ciclo superior, frente a los 1.646 de 2013. Se trata de 159 menos entre las dos modalidades, si bien en el cómputo total de alumnado el aumento del número de promociones de primero a segundo recorta esa cifra hasta los 67 menos con los que se ha iniciado el actual curso escolar.
Al margen de los datos, el responsable provincial asegura que la FP ha llegado a lo que en términos socioeducativos se denomina un «óptimo». «No cabe presuponer que vaya a haber grandes modificaciones en el flujo hacia estos estudios en los próximos años», precisa, para después apuntar al hecho de que se ha conseguido una situación «estable» en cuanto a la «repartición de estas enseñanzas y otros estudios como el Bachillerato». En este punto, señala que la proporción entre ambas ha cambiado inclinándose hacia las primeras. «Hemos volcado esa tendencia que no era buena para la educación española porque no respondía a la lógica de otros países de la UE», concluye.