El programa de acogida atendió a 263 temporeros, 30% más que en 2014

J.C.O. / Aranda
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Durante los 13 días en que permaneció abierto el recinto ferial permanente se contabilizaron un total de 2.043 pernoctaciones, 1.860 desayunos, 1.847 comidas, 1.828 cenas y 1.908 duchas

El programa de atención a temporeros llegados a la vendimia puesto en marcha por tercer año consecutivo por el Ayuntamiento arandino con la colaboración de Cáritas y Cruz Roja con el fin de evitar que se vean obligados a dormir en la calle o hacinarse en inmuebles que no reúnen condiciones de habitabilidad, ha registrado este año un incremento de casi el 30% en el número de usuarios.

Durante los 13 días que permanecieron abiertas las instalaciones  del recinto ferial como alojamiento para los inmigrantes desplazados hasta la comarca en busca d e un trabajo en la recogida de la uva se beneficiaron de este servicio un total de 263 personas,  frente a los 206 jornaleros que hicieron uso en 2014. Una cifra que, en cualquier caso, apenas representaría, según algunas estimaciones, un 10% de la mano de obra desplazada a la zona para la campaña.

Este improvisado albergue comenzó a funcionar el 26 de septiembre por la noche, fecha en la que ya dio cobijo a 52 personas, y estuvo activo hasta el 8 de octubre. A lo largo de todo ese periodo se contabilizaron 2.043 pernoctaciones, se sirvieron 1.860 desayunos, 1.847 comidas y 1.828 cenas y se posibilitó que se dieran 1.908 duchas con agua caliente.

El coordinador de Servicios Sociales, Elías Tristán, reconoce que en algunos momentos se vieron desbordados puesto que no resulta fácil controlar que 205 personas, como es el máximo que se llegaron a reunir en una noche, duerman juntas, lo que generó algunos conflictos por la zonificación si bien el comportamiento ha sido bueno en general, o preparar  cena para 210 personas. «Hubo noches en que no servimos más porque ya no había nada de material que darles y otras en las que tuve que ir corriendo a a la gasolinera a por 30 barras para hacer más bocadillos», relata.

En este sentido informa que los  principales picos tuvieron lugar los días 5 y 6 de noviembre fruto de un «efecto llamada». Unas jornadas en las que ‘se coló’ de paso un nutrido grupo de senegaleses  -la nacionalidad preponderante entre los beneficiarios si bien había un porcentaje considerable de marroquíes y  saharauis- que solo requería dormir y asearse «y que nos dimos cuenta que venían de Logroño e iban para Madrid».

Este año, en el que ha habido una menor carga de trabajo, la estancia media ha sido algo mayor, estimándose que alrededor del 60% de los beneficiarios han hecho uso del programa entre 8 y 10 días.  Unos temporeros llegados mayoritariamente de Alicante, Cataluña, Murcia y Huelva.

Yun dato relevante, según   informa Tristán, es que se ha detectado que entre los usuarios ha habido entre 10 y 15 personas que han disfrutado ‘plácidamente’ del servicio y «que no han hecho afán por encontrar trabajo».

Los servicios sociales tienen constancia de que ha habido bodegueros o viticultores con una cara enorme que, en lugar de procurarles alojamiento, llegaban y dejaban a sus obreros  en el recinto ferial y encima tenían la desfachatez de preguntar a qué hora podían recogerles. Y han contabilizado hasta una veintena de empresas de servicios que mediaban en la contratación de los jornaleros, desentendiéndose mayoritariamente de ellos.

Dispuestos a pagar

En el extremo contrario, el coordinador subraya que también ha habido productores que se han puesto en contacto con el Consistorio dispuestos a pagar por el alojamiento porque no encuentran casas en alquiler para albergar a los temporeros. Un obstáculo mayor si son los propios jornaleros los que intentan el arrendamiento.  «Muchos quieren pagar, pero no encuentran pisos. Preguntan ¿es para vendimiadores? Pues no. Y luego para otras cosas sí, sobre todo si se paga por poco tiempo mucho dinero. Pero lo que no pueden hacer es de 42 ó 48 euros que ganan al día dejar 30 para la pensión», reflexiona Tristán.

De cara al próximo año, ante las dificultades que entraña el operativo de acogida, avanza que los técnicos se han planteado  a partir de abril empezar a ver con Diputación, Cruz Roja y Cáritas la posibilidad de buscar espacios más pequeños a lo largo de toda la comarca donde se pueda alojar la gente y donde puedan pagar un mínimo por la estancia.