Denuncian que la calle Santander peatonalizada es un peligro

I. ELICES
-

Los policías locales que patrullan por la vía domingos y festivos alertan del riesgo de los peatones, que cruzan «confiados» pese a que pueden pasar buses. Hace dos semanas uno estuvo a punto de arrollar a una persona en silla de ruedas

La peatonalización parcial -los autobuses pueden circular- y temporal -solo domingos y festivos de 10 a 21 horas- de la calle Santander ha recibido críticas desde múltiples ámbitos y por variados motivos. Parte de la ciudadanía considera que se trata de un gesto de cara a la galería, sin apenas trascendencia para el confort del viandante. Turistas y hoteleros del centro han cuestionado la medida por su contribución a desconcertar a los viajeros que tratan de acceder a los establecimientos del centro histórico. Pero el reproche más grave procede de quienes han de vigilar que los vehículos respetan la restricción al tráfico rodado por esta calle, que no son otros que los agentes de la Policía Local. Éstos tachan la iniciativa de «peligrosa» porque induce a los ciudadanos «a la confusión».

Los funcionarios de la Policía municipal destinados a controlar la confluencia de la Plaza del Cid con la calle Santander, a fin de impedir que nadie acceda a este vial, han firmado varios partes de intervención desde el pasado 3 de junio. En muchos de ellos describen situaciones que revelan el «riesgo» que corren los transeúntes con una medida que tildan de «peculiar» en algunos informes.

Una de las situaciones peligrosas que observan en sus servicios estáticos en la zona es la que se produce cuando coinciden un autobús urbano, turismos que van a entrar o salir al párking subterráneo de la Plaza Mayor y peatones que van a cruzar por el paso que une el Paseo del Espolón y la calle Vitoria, un punto en el que nadie sabe muy bien cómo reaccionar y el peligro de atropello resulta evidente.

Los agentes de la Policía Local también denuncian que muchos burgaleses conocen que se ha implantado la medida de peatonalización los días festivos, pero ignoran las excepciones a la misma, es decir, no se han leído la letra pequeña de esta iniciativa. De tal suerte que muchos «se aventuran a atravesar la calle con el semáforo en rojo», ignorando que en ese momento puede pasar un autobús.

Por cualquier calle peatonal al uso un viandante puede caminar por el centro sin ningún temor, porque tiene preferencia ante cualquier coche que se dirija a un aparcamiento o ante cualquier furgoneta o camión que vaya a efectuar labores de carga y descarga. En la calle Santander hay quienes hacen lo mismo, «deambulan por la calzada, confiados, pensando erróneamente que ningún vehículo va a circular por la misma», lo cual provoca «situaciones de riesgo para el peatón». «Se dan varias durante un mismo servicio», atestiguan los efectivos policiales.

En el parte del pasado 9 de septiembre, los agentes describen una experiencia concreta. Fueron testigos de cómo un bus municipal pasó «a escasos centímetros de una persona discapacitada» que circulaba en silla de ruedas por la calle Santander, «en la confianza» de que podía ir sin problema por allí.

De continuar esta situación, pronostican los policías de Burgos capital «no sería de extrañar que haya que lamentar daños personales producidos en algún accidente en forma de atropello». A tenor de la opinión de los expertos, una peatonalización a medias resulta especialmente peligrosa para la integridad de los peatones.