Año y medio de cárcel para un soldado que robó el uniforme a un compañero de Castrillo

I.E. / Burgos
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Como había perdido su equipo, forzó la taquilla de otro militar para entregar el chaleco, el chándal y la boina al brigada de Intendencia

El robo se cometió en la base Cid Campeador de Castrillo del Val. - Foto: Ángel Ayala

Muy cara le ha salido a un soldado de la base Cid Campeador la ‘broma’ de forzar la taquilla de un compañero para sustraerle un uniforme militar. El juzgado de lo Penal número 2 de Burgos le ha condenado a un año y medio de prisión por la comisión de un delito de robo con fuerza en las cosas.

Tras perder su traje de campaña este soldado raso no hizo más que tomar una serie de malas decisiones que a poco dan con sus huesos en la cárcel. Como la pena es inferior a 2 años, no ingresará. El día 16 de enero de 2008, el oficial al mando le requería para que devolviera el uniforme que le había sido entregado en condición de usufructo mientras duraban unas maniobras. Constaba de un chaleco de un valor de entorno a 400 euros, un chándal y una boina. Un soldado destinado a las oficinas, haciendo la labor de escribiente, le acompañó hasta la taquilla. Pero estaba vacía.

Entonces se dirigió a la de un compañero que se encontraba de vacaciones. He aquí la primera decisión errónea. Fracturó el candado y, «para obtener un beneficio ilícito», sustrajo el chaleco, el chándal y la boina. Y además, con un testigo delante. Segundo fallo. Después, fingió que era su equipo y se lo entregó al brigada responsable de su recogida. Lógicamente el militar que le acompañó a la taquilla contó lo sucedido a su superior. Además, el legítimo propietario de la ropa, cuando llegó de vacaciones, se encontró con el candado roto y denunció los hechos. Para más inri, los efectos que sustrajo estaban identificados con las señas de su dueño. En fin, un cúmulo de despropósitos.

Su abogado recurrió la sentencia, pero la Audiencia Provincial ha confirmado el fallo. Alegaba que tomó el uniforme de su compañero por error, que no fracturó el candado y que , como mucho, los hechos eran constitutivos de un delito de hurto. Pero el tribunal considera más que probado -según el resto de testificales- que el acusado violentó la taquilla y que ésta estaba cerrada, que «es lo lógico cuando un soldado se va de vacaciones».