Raúl alimenta la esperanza

H. Jiménez / Burgos
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Un hostelero de Barbadillo del Mercado invitará a una treintena de usuarios de Cáritas a cenar el día de Nochevieja. Un amigo pone el autobús y su plantilla va a trabajar voluntariamente

Raúl García, del restaurante Doña Lambra, (i) y Pedro Pérez, de autocares Crespo, donantes de una cena de Nochevieja y los empleados que la servirán. - Foto: Alberto Rodrigo

Raúl García no tiene buen recuerdo de las navidades. «Siempre pasa algo en estas fechas. Que si una discusión, que si una mala noticia...». Por eso se sentía incómodo cuando veía por la tele las escenas idílicas, el buen rollo omnipresente, la comida abundante y los regalos para todos. Hasta que este año decidió convertirse en protagonista de una de esas historias que solo ocurren en esta época del año.

Propietario del hotel Doña Lambra, en Barbadillo del Mercado, empezó a darle vueltas a la posibilidad de organizar en su establecimiento un evento solidario. Y acabó llamando a Cáritas para ofrecer una cena de Nochebuena para las personas sin hogar. No pudo ser el día 24, pero será el 31.

Gracias a su generosidad y a la de quienes colaboran con él alrededor de una treintena de personas, entre los que se sumarán también voluntarios, trabajadores y residentes en pisos de la entidad, disfrutarán de una tarde en esta localidad cercana a Salas de los Infantes. Por eso es el protagonista de una de las historias «que alimentan la esperanza» y que la propia Cáritas expuso para presentar hace unos días su Campaña de Navidad.

Como todas las cosas que salen del corazón, la idea de Raúl ha acabado conquistando a los de sus alrededores. Su amigo Pedro Pérez, de Autocares Crespo, pondrá el vehículo que desplazará a los comensales desde Burgos capital. La plantilla de su establecimiento trabajará de forma gratuita para atender a unos invitados tan especiales. Y su familia también colaborará en la organización.

«Me dicen que estoy loco, pero me está apoyando todo el mundo», relata mientras se emociona  al recordar las nochebuenas y nocheviejas que el pasó durante años lejos de casa, cuando trabajaba en el mundo del transporte y recorría el norte de Europa.

Raúl se siente «diferente, más vivo» mientras prepara el evento. Abre incluso la puerta a  «quienes estén solos y quieran animarse» para compartir mesa y mantel. Disfruta pensando en cómo hacer disfrutar a quienes el resto del año no tienen esas oportunidades.

Para los asistentes a esta fiesta será una Nochevieja peculiar en todos los sentidos, y también en el horario. Pretenden salir de Burgos después de comer, visitar algo en la comarca para tener un complemento cultural (lo intentarán en el Museo de los Dinosaurios) y cenar a las 8 de la tarde para estar de regreso antes de la medianoche.

Las uvas en el Doña Lambra llegarán unas tres horas antes que en el resto de España, pero su celebración será mucho más especial. Aunque no tiren petardos, será una explosión de felicidad.