Álvaro del Val Martín cumplió el pasado mes de agosto 19 años y lo hizo como guardameta del Burgos CF B, de Regional Aficionado, y al mismo tiempo entrenaba con el primer equipo de la entidad blanquinegra. Su doble cometido: defender la portería del filial y esperar la oportunidad de poder debutar en Segunda División B.

El pasado domingo, ante el Marino de Luanco y con victoria del Burgos por 2-1, vio cumplido uno de los objetivos que se había marcado cuando decidió de forma seria intentar ganarse la vida en un deporte a veces tan ingrato como es el fútbol.

Por fin llegó el debut que esperaba. ¿Cómo lo ve ahora?

Pues con mucha alegría, muy contento. Para mí fue un sueño hecho realidad. Llevo en el Burgos desde pequeño y, como todo jugador cuando empieza en las categorías inferiores, lo que quería era debutar con el primer equipo. Una oportunidad que por fin llegó para mí, así que muy satisfecho.

En mayo estaba jugando con el Alavés en División de Honor Juvenil y el domingo se estrenó en Segunda B. ¡No está mal, no!

Pues no. Está claro que es un gran salto pasar de juvenil a jugar en aficionados o, como en este caso, en Segunda B. Entrenando todo sale y lo que tiene que hacer uno cuando le dan una oportunidad es aprovecharla.

Además, en el partido no tuvo mucho trabajo, ya que el Marino apenas creó peligro. ¿Mejor así?

Según se mire. Cuando el equipo contrario no llega mucho a tu área un portero corre el riesgo de perder la concentración y quedarse frío, y eso es peligroso.

Era un encuentro importante, ante un rival al que había que ganar y además en casa. ¿Mucha presión para debutar?

Sin duda. Salimos un poco presionados desde el principio, además no nos salían las cosas y la afición estuvo ansiosa. Pero en la segunda parte jugamos con más tranquilidad y con el apoyo de público logramos ganar.

¡Un partido difícil de olvidar!

Para mí, desde luego. Un debut siempre se recuerda y para mí fue un día muy importante y acabé el partido muy contento.

Aurreko no está aún recuperado de su lesión. ¿Confía en poder jugar el domingo en Villaviciosa ante el Lealtad?

Desde luego. Mi deseo, y el de cualquiera, es el de jugar siempre. Estoy entrenando igual que cualquier otra semana y lo que decida el míster habrá que aceptarlo.

¡Ganar sería importante!

Desde luego. Si logramos nuestro primer triunfo fuera, jugaremos luego en casa con más confianza y seguridad y nos vendría muy bien. Hay equipo de sobra para estar más arriba en la tabla y seguro que lo vamos a lograr.

¿Que tal es su relación con Aurreko y Julen Itxaso, sus compañeros en la portería?

Muy buena desde el principio. Con Aurreko llevo ya varios años entrenando y nos conocemos bien, y con Julen me llevo muy bien desde el inicio de la pretemporada y nos estamos compaginando muy bien. Sin problemas.

Y si en una semana o dos tiene que volver a jugar con el filial, ¿qué pasaría?

Pues nada. Estoy preparado para todo y voy a seguir entrenando igual, juegue en el primer equipo o en el filial. El entrenador es el que manda y o que él decida lo aceptaré sin ningún problema.