La Comandancia considera prioritarios nuevos cuarteles en Villasana, Salas y Quintanar

I. Elices / Burgos
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El teniente coronel Miguel Salom cree que el edificio del Valle de Mena hay que derribarlo y hacer uno nuevo. Defiende el alquiler de algún inmueble hasta que el proyecto se acometa

Villasana de Nena. El cuartel de esta localidad necesita unas nuevas oficinas de atención al ciudadano, un despacho de gestiones policiales y viviendas para los guardias civiles. Es decir, de todo, porque lo recomendable es «la reconstrucción total». - Foto: A.C.

El acuartelamiento de la avenida de Cantabria, en la capital, y el de Oña, son sin duda los edificios más confortables con los que cuenta la Guardia Civil actualmente en la provincia. Es lógico, son los más modernos. El primero fue reconstruido tras el atentado de ETA de 2009 y reabrió sus puertas en 2012. El segundo se estrenó un año antes. Pero en territorio burgalés hay otras 32 casas cuartel. Y no todas  están en buenas condiciones.

La Comandancia de Burgos juzga que hay tres inmuebles que no reúnen unos requisitos mínimos tanto de habitabilidad como de atención al ciudadano. Se trata de los cuarteles de Villasana de Mena, Quintanar de la Sierra y Salas de los Infantes. «Son las tres prioridades más acuciantes», señala el teniente coronel Miguel Salom Clotet, máximo responsable de la Benemérita en la provincia, quien en todo caso entiende que «las restricciones presupuestarias por las crisis» no invitan a pensar que estas obras se acometan pronto.

Por partes. El cuartel de Villasana de Mena, admite Salom, «necesita una reconstrucción total, hay que derribarlo y construir uno nuevo». Sin embargo, es consciente de que «la situación económica no permite» llevar a cabo este proyecto. Por ello informa de que «se están barajando otras posibilidades, como el alquiler de otras dependencias en las que se habilitaría un acuartelamiento, unas oficinas de atención al ciudadano, un despacho de gestiones policiales y viviendas para los guardias civiles». Se trata de una opción «en estudio en tanto no se pueda construir un cuartel nuevo», indica. E insiste en que ésta es «una actuación prioritaria».

El Ayuntamiento del Valle de Mena ya quiso impulsar la construcción de un nuevo edificio en 2009 con cargo al famoso Plan E del Gobierno de Zapatero. La subdelegada de Gobierno, Berta Tricio, comentó 2005 que era «uno de los peores cuarteles de Burgos». A tenor de estas palabras el equipo de Gobierno del Consistorio confió en que la Subdelegación diera prioridad a este proyecto y tramitó la solicitud, pero no entró en los planes del Gobierno central. En 2012 la Dirección General de la Guardia Civil dio a conocer sus planes de invertir 2,1 millones en un nuevo inmueble que tendría 900 metros cuadrados de superficie construida, en los que se ubicarían un semisótano, una planta baja y una primera planta. Este espacio, en total, albergaría siete viviendas y tendría capacidad para alojar seis vehículos. Pero nada se ha sabido desde entonces de estos planes. No ha habido consignación presupuestaria de ninguna clase.

La construcción de un cuartel en Quintanar de la Sierra es otra prioridad, si bien en 2013 el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, ya advirtió en Burgos de que mientras no mejore la situación económica del país no se acometería la construcción de nuevos acuartelamientos, entre ellos el proyectado en esta localidad de la comarca de Pinares.

Miguel Salom recuerda que el Ayuntamiento de la localidad cedió un terreno -hace más de 20 años- para el levantamiento de un inmueble para la Benemérita, en concreto en una parcela situada en la calle Matacubilla. «Estamos en deuda con el Consistorio», reconoce el jefe de la Comandancia. No solo por la parcela, sino también porque el municipio ya ha ejecutado obras de acometidas de agua y luz para llevar los servicios a ese terreno y porque ya hay proyecto, llevado a cabo por el arquitecto municipal. De hecho la Dirección General tiene tasada la obra, en 1,3 millones de euros. «Pero no disponemos de ese dinero», admitió Fernández de Mesa el año pasado en Burgos.

  En la actualidad el cuartel de esa localidad se encuentra en unas viviendas cedidas en su día por el Ministerio de Educación, en las antiguas casas de los maestros de escuela, «que se han rehabilitado en la medida de lo posible a lo largo de los años». En 2012 se reformaron las oficinas de atención al ciudadano para la presentación de denuncias, las dependencias oficiales y el despacho del comandante del puesto.

«Inhabitable»

El cuartel de Salas de los Infantes, que «es muy viejo», requiere también una «actuación prioritaria». Según señala el propio Salom, hay una parte del edificio que está declarada como «inhabitable», así que lo que «haría falta es un cuartel nuevo». En los tiempos que corren, reconoce el teniente coronel, «es difícil construir otro». De modo que él apostaría por «aprovechar infraestructuras de alguna otra Administración», pues la Guardia Civil «necesita unas dependencias adecuadas a los tiempos».

El Ayuntamiento de Salas lleva años solicitando la nueva infraestructuras. Ya en 2010 recibió del Ministerio del Interior una carta en la que el Gobierno reconocía que «resulta conveniente la construcción de un nuevo acuartelamiento», pero advertía de que «la situación económica ha determinado un escenario presupuestario que imposibilita acometerlo a corto y medio plazo». El Ayuntamiento había cedido una parcela de 1.700 metros cuadrados para el levantamiento del inmueble, pero el Ministerio del Interior no la aceptó.

Sobre el resto de cuarteles de la provincia Salom señala que «hay una gama variada de edificios que se pueden calificar de dignos». «Unos podrían estar mejor, otros están suficientemente bien y en todos se llevan obras de mantenimiento en función del presupuesto», afirma.