30.000 viviendas deberán instalar los contadores de consumo de calor

G. Arce / Burgos
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Los administradores de fincas impulsarán estos cambios, que requieren una inversión media de 300 euros por propietario, una vez que se apruebe la ley que los obligue a partir de 2017

Cerca de 30.000 viviendas en la provincia de Burgos, dotadas de calefacción centralizada, tendrán que individualizar sus consumos con la instalación de medidores de lectura y reguladores en los radiadores de cada uno de los hogares. En este cambio, que aún no es obligatorio pues no se ha traspuesto a la legislación nacional la normativa europea de eficiencia energética que lo impone, deberá acometerse antes del 1 de enero de 2017 y su objetivo último es que cada inquilino pague lo que realmente consume.

A esta tarea se aplicarán los administradores de fincas, dado que los proyectos se acometen por comunidades de propietarios y no de forma individual. El presidente de este colectivo en Burgos y Soria, Sergio Javier Carrasco, aseguró que aún hay muy pocas viviendas adaptadas en la provincia «porque no es obligatorio el cambio y porque conlleva una inversión que a la larga supondrá un ahorro, pero que tiene que ser afrontada por los propietarios...».

Por el momento, a la espera que se apruebe el Real Decreto que adapte la directiva europea en las próximas semanas, el Gobierno ha aprobado ya el régimen sancionador, que contempla multas de entre 1.000 y 10.000 euros para las comunidades que no se adapten.

Ahorros

Antonio Martínez, director comercial del Grupo Monedero y participante ayer en una jornada informativa promovida junto con el Colegio de Administradores de Fincas de Burgos y Soria, apuntó que el coste de instalación por vivienda es de unos 300 euros en cuanto a medición, aunque luego habría que añadir el costes de las válvulas de regulación termostáticas en cada uno de los radiadores, que son los mecanismos que realmente controlan la calefacción de la vivienda y el gasto.

«El ahorro previsto se establece en torno a un 30% para la comunidad [el ahorro estimado por familia es de 180 euros al año], independientemente de que un vecino pueda ahorrar más porque ha puesto ventanas de mejor calidad, tenga mejor aislamiento, etc.», explica Martínez, quien defiende estas mejoras para evitar el «derroche energético» que actualmente se da en los inmuebles con calefacción centralizada.

Actualmente, el consumo de calor en estos inmuebles -independientemente de que la vivienda padezca de exceso o defecto de calor- se reparte en función del número de radiadores de la vivienda o por el coeficiente de participación de la misma en los gastos de la comunidad.

«Con los medidores, un vecino que no habita la vivienda tendría un coste fijo de calefacción y no pagaría el variable porque no tiene consumo». Esta práctica, puntualiza el responsable del Grupo Monedero, es habitual en Europa desde hace muchos años, sobre todo en la regulación a través de válvulas termostáticas.