Vecinos de la plaza Foramontanos, en el barrio de Capiscol, han advertido en las últimas semanas de la presencia de ratas en la zona. La cantidad de locales que llevan años vacíos en los alrededores de este lugar, con doble salida a la avenida de la Constitución Española, podría ser uno de los motivos de la presencia de estos roedores.

Lejos de esconderse, hay testigos que confirman la existencia de «una familia de ratas que campa a sus anchas por el barrio», incluso a plena luz del día, y aportan documentos gráficos que así lo confirman. En las imágenes capturadas al mediodía por un vecino hace unas semanas se ven hasta tres roedores de un tamaño considerable saliendo de los bajos del edificio que está a la altura de los números 33 y 35 de la carretera Logroño.

Precisamente en el local junto al que se vio salir a estos ejemplares se está llevando a cabo una reforma que podría sellar los huecos mediante los que salían a la superficie. Sin embargo, «las ratas procrean y habrá más», advierten los vecinos, que instan al Ayuntamiento a llevar a cabo un trabajo de «exterminio» para acabar con el problema en un pasaje en el que hasta hace no mucho tiempo había una pescadería y al que da un bar-restaurante cuya entrada está por la avenida de la Constitución.

Lorena de la Fuente, edil de Sanidad, asegura que hay dos operarios que a diario se ocupan de las plagas y cada mañana revisan las zonas más problemáticas. También recuerda que pueden llamar al Servicio de Atención Ciudadana (010) para alertar sobre estas cuestiones.

en la calle San Juan. A finales del pasado año, vecinos, comerciantes y hosteleros de la calle San Juan denunciaron la presencia de ratas en la zona. Achacaron el problema a los edificios en estado de ruina y a algunos bajos vacíos y solicitaron atención por parte del Ayuntamiento. Los roedores también habían hecho acto de presencia en la calle La Puebla y en las cercanas plazas de la Libertad y Hortelanos, donde se realizan permanentes labores de desratización y desinfección debido a los restos de basura que se generan.

El Consistorio cifra en 7.000 euros al año la cantidad destinada a adquirir raticida, insecticida o cebos para el control de roedores en la ciudad.