Dirección y trabajadores alcanzan un acuerdo para el cierre de Altresa

J.C.O. / Aranda
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Un total de 41 de los 56 empleados de la plantilla ya están en sus casas con permiso retribuido a la espera de que el juzgado decrete en unos 15 días la extinción de los contratos

En las instalaciones de Fresnillo de las Dueñas ya solo permanece n 15 empleados para culminar el proceso del cese de la actividad. - Foto: Ámgel Ayala

Era cuestión de tiempo y se ha terminado por confirmar. Almacenes  y Transportes Revilla (Altresa), la planta de prefabricados de hormigón del grupo Prainsa, cerrará definitivamente sus puertas el próximo mes tras un proceloso proceso  de seis años que arrancó con los primeros despidos llevados a cabo en su plantilla allá por 2008.

Inmersa en un proceso concursal que ha derivado en la fase de liquidación, la dirección ha alcanzado un acuerdo con los representantes de los trabajadores  para  aplicar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) enfocado a la extinción de la totalidad de los 56 trabajadores a los que ha reducida una plantilla que en los años de mayor actividad productiva llegó a superar los 300 empleados.

Aunque cuando se inició el periodo de negociación el comité de empresa aseguró que no aceptaría las condiciones en las que se planteaba el ERE puesto que en su opinión la fase de liquidación debería  pasar por intentar vender la empresa en las mejores condiciones  tratando de que el compradora se  hiciera cargo de la totalidad o de parte de los trabajadores, ha terminado por claudicar.

Fuentes de UGT y CCOOen este órgano manifestaban a DB que se han visto «forzados» al acuerdo, que ofrece el mínimo legal establecido, chantajeados por la empresa ya que si no firmaban antes del 31 de diciembre no podrían recuperar parte de las suspensiones que tuvieron en el anterior ERE (la ley solo establece esta gracia para los expedientes de suspensión presentados en los años 2012 y 2013 y para trabajadores despedidos a lo largo de 2014), lo que se traduce, dependiendo de cada trabajador, en la reposición de entre cuatro y seis meses de paro y se entraría en ERE de suspensión.

 «Te ves forzado porque la situación que tiene la gente es fastidiosa porque hay gente que tiene seis meses de desempleo, entonces si tiro hasta el final y no hay acuerdo la gente va a perder el desempleo que tiene generado antes, con un futuro si lo llevas al juzgado bastante incierto», esgrimen.

Tras el acuerdo, 41 trabajadores ya se han ido a sus casas con permiso retribuido a la espera del ceso de los contratos, mientras que el resto de la plantilla permanece por el momento en la fábrica, si bien antes del 5 de diciembre prevé echar a otros 10 y al resto a medida que se vaya completando la liquidación y venta de activos.

El comité sospecha que la intención de Prainsa, que desaparece, es desprenderse de la actual carga de personal que tiene la fábrica  para posteriormente ‘vendérsela’ a otra sociedad en la que el propio dueño, Jaime Raventós, «pondrá un testaferro» y reabrirá imponiendo nuevas condiciones salariales a quienes contraten. Critican que aún no se les haya facilitado el plan de liquidación y lamenta que si realmente esos son los planes  del propietario no se hubiera  negociado antes un posible plan de recolocación de una plantilla que, con una media de edad de 45 años, queda en una compleja situación.