Atapuerca cierra el círculo

Carmen Ansótegui / Madrid
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La UBU y la Fundación Atapuerca presentan dos libros sobre arqueología con los que pretenden dar colofón a un ciclo y reunir y actualizar los conocimientos disponibles sobre la prehistoria y protohistoria de la Península Ibérica

El Museo Arqueológico Nacional (MAN) acogió ayer la presentación de dos nuevos tomos que se incorporan a la Biblioteca Atapuerca, para reunir y actualizar el conocimiento adquirido sobre la prehistoria y la protohistoria en la Península Ibérica. Asimismo, aporta información actualizada de los principales yacimientos españoles. Ambas publicaciones representan «el colofón» al XVII Congreso Internacional de Prehistoria y Protohistoria, que se celebró en Burgos el pasado mes de septiembre, un encuentro que congregó a cerca de dos mil científicos de todo el mundo.

El acto estuvo presidido por el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, al que le acompañaron en la presentación el presidente de la Fundación Atapuerca, Antonio Méndez Pozo; el rector de la Universidad de Burgos, Alfonso Murillo; el director general de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, Enrique Sáiz; los editores de los libros, Martín Almagro y Robert Sala, y los tres codirectores de los yacimientos de Atapuerca: Eudald Carbonell, Juan Luis Arsuaga y José María Bermúdez de Castro.

El primero de los dos volúmenes, titulado ‘Los cazadores recolectores del Pleistoceno y del Holoceno en Iberia y el Estrecho de Gibraltar’, recapitula las investigaciones realizadas sobre los principales yacimientos españoles.

El segundo libro, ‘Protohistoria de la Península Ibérica: del Neolítico a la Romanización’, recoge 15 ensayos de «los mejores especialistas» para dar «una visión dinámica» del ‘far west’ de la región euroasiática que es la Península Ibérica, según indicó su editor, Martín Almagro. Entre los contenidos del volumen destacan la evolución de las sociedades de la prehistoria en el territorio hacia modelos de «sociedades complejas» y destaca varios pueblos a los que «se creía secundarios pero que podrían tener una personalidad mucho más fuerte de lo que se creía», como es el caso de los Lusitanos.

También se aborda el origen de los vascos, «para quitar muchos mitos que son mitos históricos como desmontar definitivamente que los vascos vivían en el País Vasco, subrayó. «En el País Vasco actual vivían gentes celtas hasta la Romanización y Latinización, los vascos vienen de la zona del Pirineo y de la Aquitania. Eso no les quita el derecho a vivir en la Península, pero replantea muchos puntos de vista».

Los libros, publicados por la Fundación Atapuerca y la Universidad de Burgos, no se dirigen únicamente a expertos, sino que están pensados para alumnos universitarios y para todo aquél que esté interesado en la arqueología ibérica. Además, se publicarán en formato papel y electrónico, tanto en castellano como en inglés, de manera que el conocimiento adquirido pueda traspasar nuestras fronteras.

Investigación

Para el codirector del yacimiento, Eudald Carbonell, la celebración del congreso y la publicación de estos dos documentos suponen el «final de un ciclo importante» en el proyecto de Atapuerca, por lo que ha subrayado la importancia de realizar «una síntesis» que sirviera como referencia y que se realizara de forma colectiva.

Por su parte, el presidente de la Fundación, Antonio Méndez Pozo, aseguró que la arqueología española «necesitaba este trabajo» para plasmar sobre el papel el conocimiento adquirido en las distintas investigaciones que se han llevado a cabo en los últimos años.

En este sentido, el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, puso en valor la importancia que tiene la investigación «como fuente de generación de conocimiento», más allá de la repercusión económica que pueda tener también.

Así, destacó que Atapuerca se ha convertido en «una plataforma ideal» para la comunidad científica por los hallazgos realizados en las investigaciones. Y no sólo eso, sino que gracias a la divulgación de los mismos, se está consiguiendo «concienciar a la población de la necesidad de conservar el patrimonio».

 En el marco del evento, Lassalle celebró la «calidad» que, a su juicio, tienen los dos documentos, y bromeó con que «darse de bruces» con publicaciones como estas «le hace congraciarse» con los servicios de publicaciones de las universidades del país.