Pedro, la humildad de un futbolista de elite

Ana Isabel Angulo / Burgos
-

Se formó en el Villarcayo Nela y el Real Burgos para competir durante siete campañas en Primera División: Logroñés, Atlético de Madrid y Sevilla • Vive en Logroño

Pedro es dueño de una frutería en Logroño, donde vive feliz con su esposa, Sonia, y sus hijos Pedro y Marcos. - Foto: Ingrid

El anhelo de muchos niños es jugar en Primera y recibir la llamada del seleccionador. Son sueños que cumplen pocos pero que Pedro hizo realidad. Ha visto sus esperanzas cumplidas y a sus 44 años mantiene ilusión. Es un referente del fútbol burgalés y un magnífico ejemplo para los miles de jóvenes que compiten los fines de semana en Pallafría y en los campos de la provincia. Pedro González Martínez, un joven goleador en Villarcayo y en el Real Burgos, que terminó como lateral derecho y que ha triunfado en el fútbol español.

Desde muy niño quiso ser futbolista y verle por las calles de Villarcayo con un balón en los pies era habitual. Pronto se apuntó para jugar en el equipo de su pueblo y recorrió los campos de la provincia. Sus goles fueron objeto de atención y fue fichado por el Real Burgos para formar parte del equipo de División de Honor Juvenil. Dejó el hogar familiar para emprender una nueva aventura, la primera de su exitosa carrera deportiva. «Fue una época muy bonita. Hice grandes amigos. Edu, Castresana, Miravalles... Salvi (Salvador Aparicio) fue mi gran valedor. Me ayudó en todo y su familia se convirtió en mi segunda familia. Rosa, su mujer, me trató como a un hijo», recuerda agradecido.

Con el ascenso del Real Burgos a Segunda División, Pedro vivió una nueva experiencia. «Entrenaba con el primero equipo pero jugaba con el Atlético Burgalés. Fue SergioKresic quien me dio la oportunidad de debutar. También fue él quien me retrasó en el campo. Me quitó de delantero y me recolocó de lateral derecho. Después vino el ascenso a Primera y un malentendido con Martínez Laredo impidió que renovara. Me había lesionado de menisco y estaba sin contrato, así que me fui a Villarcayo a recuperarme», comenta. Estando en casa recibió la llamada del representante Gonzalo Herrera, que tenía amistad con el técnico José Luis Romero -exjugador del Burgos- y le fichó para el Logroñés.

«Los años de Burgos fueron fantásticos. Además de la familia de Salvi, recuerdo con mucha gratitud a Juan Jesús Marañón y a su esposa Encarni. Me atendieron durante 3 meses por la cara. Fueron maravillosos conmigo», afirma agradecido.

En el Logroñés esperaron su recuperación y emprendió su excelente trayectoria como deportista en Primera División.

A los 20 días de estar en Logroño conoció a Sonia y ya no se separó de ella. «Le encanta el fútbol. Sonia es mucho más extrovertida que yo y nos entendemos perfectamente», confiesa Pedro, padre de Pedro (18 años y un apasionado del fútbol) y Marcos (14 años).

Su buen hacer en el Logroñés llamó la atención de Jesús María Pereda. El seleccionador sub-21, nacido en Medina de Pomar, ya sabía de las habilidades de su paisano; así que cuando se recuperó le llamó. «Me hizo una enorme ilusión. Vestir la camiseta nacional es lo más importante para cualquier deportista. Siempre le estaré agradecido», afirma.

Tras la llamada de Pereda llegó la de Luis Suárez. «En la absoluta había dudas con varios jugadores. Estaban Rafa Alkorta y Alberto Gorriz y el seleccionador quería probar. Me llamó y jugamos un amistoso con un combinado de extranjeros de la Liga en Las Palmas. Ganamos», detalla con orgullo.

Su buen trabajo había llamado la atención a los seleccionadores y también a Jesús Gil. Fichó por el Atlético de Madrid. «Aquello fue increíble. Todo grande, más llamativo y también más presión. Logramos dos Copas del Rey y el tercer año renové para 3 más, pero me convenció Luis Aragonés y me fue con él al Sevilla».

Pedro ha vivido mucho, siempre con Sonia, y ahora trabaja en una frutería en Logroño. «No me ha ido mal con el fútbol. Vivo cómodamente, trabajando pero me defiendo bien. Disfruto con el fútbol. Alguna vez voy al Calderón con Miguel Bastón. Sigo al Burgos y su descenso», concluye este colchonero ‘hasta la muerte’.

Homenaje en Villarcayo

El próximo sábado, 30 de junio, Pedro González regresará al campo de El Soto en Villarcayo para recibir un sentido homenaje de algunos de los numerosos equipos por lo que ha pasado. Diez años en la elite bien valen un buen día de reencuentros alrededor de su pasión, el fútbol.

El Villarcayo Nela ha organizado un triangular. Jugarán los jugadores veteranos del cuadro burgalés, además de Logroñés y Berceo.

Desde Logroño ya se ha completado dos autobuses. «Iremos toda la familia, así como amigos. Algunos me dicen que ‘ya es hora de que conozcamos tu pueblo’. Así que unas 70 personas pasaremos el fin de semana en Villarcayo», comenta ilusionado Pedro.