Jelle Wallays (Lotto-Soudal) se saltó ayer a la torera el guion preparado para los esprinters haciendo buena una escapada que le dio la victoria en la decimoctava etapa disputada entre Ejea de los Caballeros y Lérida, de 186,1 kilómetros, de transición para la general, con el británico Simon Yates (Mitchelton) al frente.

El belga, de 29 años, sacó oro de la fuga que compartió todo el día con el noruego Sven Erik Bystrom (UAE Emirates), segundo en meta, y el holandés del Burgos BH Jetse Bol, descolgado antes de lla llegada. Un triunfo con intriga y emoción hasta el último centímetro, pues el pelotón se le echó encima a Wallays sobre la misma pancarta final, donde el triple campeón mundial Peter Sagan (Bora) y el italiano Elia Viviani (Quick Step) tenían pensado levantar los brazos y hacer efectiva una meta propicia para ellos. Ambos se quedaron con las ganas, pues el belga se coló en la fiesta y se antepuso tirando de fe y sin apenas fuerzas para conquistar el triunfo más importante de su carrera.

Frustración para Sagan, quien no rasca bola en la Vuelta. Colecciona tres segundos puestos y dos terceros y se va quedando sin combustible. Ahora solo tiene la opción de Madrid, pero antes se dará dos buenas palizas en las jornadas andorranas. 

Tranquilidad para los favoritos, aunque el ritmo elevado, tampoco permitió que la etapa se convirtiera en un balneario. De hecho, al final hubo cortes en el pelotón, aunque sin consecuencias para los aspirantes al maillot rojo. Simon Yates, con Alejandro Valverde (Movistar Team) a 25 segundos y Enric Mas (Quick-Step) a 1,22 minutos entrará como líder en Andorra, donde le aguardan dos días en los que se decidirá el triunfo final. El británico está convencido de sus fuerzas y confía, además, en su equipo, sobre todo en su hermano Adam, mientras los dos españoles tienen la artillería lista para el combate.