El fuego reduce a escombros la planta de Campofrío de Gamonal

I. Elices / Burgos
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Origen. Las llamas empezaron en la zona de cocidos, donde no había actividad. El cortocircuito, la primera hipótesis. Gas tóxico. Los bomberos alejaron el fuego de los tanques de amoniaco, que fue la gran preocupación en el incendio

Dos bomberos se encaramaron ayer a la cesta de la autoescala con el fin de lanzar agua sobre la cubierta de la nave. - Foto: Jesús J. Matías

Los 20 trabajadores de la sección de loncheado de Campofrío acababan de comenzar su turno, a las 6 de la mañana, cuando el guarda jurado de la empresa les informó de que había visto humo desde el sector más alejado de la puerta principal, el más pegado a las vías del ferrocarril. Los empleados y personal de mantenimiento se dirigieron hasta el lugar para comprobar dónde se encontraba el foco del incendio. Su primera intención era tratar de sofocarlo con los equipos propios de la fábrica, pero la virulencia de las llamas y el intenso humo les hizo desistir de su primera idea. Rápidamente desalojaron las instalaciones de la calle La Bureba, en el polígono de Gamonal, y salían al exterior para comprobar, horrorizados, cómo el fuego devoraba la planta (40.000 metros cuadrados), que da trabajo a casi un millar de trabajadores. Éstos recibían a última hora de ayer una comunicación de la dirección de la empresa que estimaba las pérdidas en 150 milllones de euros.
El servicio de emergencias 112 recibía el primer aviso a las 6.39 horas de ayer y movilizaba rápidamente a los bomberos de Burgos, la Policía Local, la Nacional y varias ambulancias de Sacyl, si bien no había heridos ni intoxicados. Diez efectivos del servicio de extinción de incendios acudían hasta la planta para trabajar en la zona que ardía en esos momentos, cerca de las vías del tren. Sin embargo, pronto se percataron de que su misión iba a ser poco menos que imposible. Las llamas se extendían con una gran rapidez por el techo y los muros, debido a que los aislamientos que recubren la estructura de la fábrica son de poliuretano, un material altamente inflamable. Además, el hecho de que la planta no estuviera dividida en sectores impidió que se pudieran acotar los daños a una nave determinada.
La causa del fuego no está nada clara. A primera hora comenzó a tomar fuerza la posibilidad de que se hubiera producido un cortocircuito en la nave dedicada a cocidos, denominada Tecnal, en concreto en los lavaderos de jumbos, unos contenedores en los que se elabora la masa con la que luego se fabrica el jamon york, el choped y la mortadela. Otras fuentes señalaban que pudo originarse tras una avería en el cargador de baterías de las carretillas. En todo caso los bomberos son muy cautos y no se atreven a aventurar qué produjo las llamas en un primer momento, «entre otras cosas porque ha sido imposible acceder al interior, dada la inestabilidad de las estructuras».
La presencia de amoniaco en la planta, tanto en un tanque de almacenamiento (10.000 litros) como en la canalización que recorre toda la nave (25.000), hizo que a las 9 horas el Ayuntamiento activara el Plan de Emergencias de Burgos (Pembu). Controlar que las llamas no contactaran con los conductos que portaban el gas tóxico se convirtió en la prioridad de los bomberos. En las primeras horas hasta 36 efectivos del parque trabajaron al mismo tiempo en Campofrío, aunque la cifra llegó a 60, ya que muchos que estaban fuera acudieron a trabajar. Todos los vehículos de extinción fueron movilizados para atender la emergencia. Y sus esfuerzos dieron resultado, ya que las mediciones de aire que efectuaron en varios momentos del día no arrojaron ningún valor positivo en amoniaco.
Con todo, el Ayuntamiento decidió que había que evacuar los barrios de Villafría y Cótar, con el fin de evitar de que sus vecinos inhalaran monóxido de carbono o quizás gases más nocivos para la salud. Era en esa dirección hacia donde se desplazaba la gran humereda que salía de la fábrica.  
La Policía Local sacó a la calle a más de 40 agentes por la mañana (más otros tantos en el turno de la tarde), muchos de los cuales se ocuparon, sobre todo, de asegurarse de no hubiera ninguna persona en las casas de esas dos zonas de Burgos. También revisaron que dentro de los 200 camiones aparcados en la aduana no estuviera durmiendo ningún transportista. Veinte voluntarios de Protección Civil también cooperaron en esa misión, así como otros 25 de Cruz Roja.
Mientras tanto, la fábrica se venía abajo. Las vigas de hormigón empezaban a ceder y los paneles exteriores que cubrían la fachada que da a la planta de Diario de Burgos y a la circunvalación caían como si se tratara de un castillo de naipes. La cubierta también se hundió, lo cual hizo aún más complicado que los bomberos pudieran acceder al interior.
A las 18.30 horas los vecinos de Villafría y Cótar pudieron volver de nuevo a sus domicilios y media hora más tarde, a las 19, los bomberos lograban controlar el incendio, al reducirse considerablemente los niveles de fuego y humo, si bien todavía se mantenían activos algunos focos. De hecho, 24 efectivos del parque permanecieron toda la noche allí en labores de extinción, entre otras cosas porque el Pembu se mantuvo activo.
Campofrío, por su parte, lanzaba un comunicado tranquilizador por la tarde en el que anunciaba el «compromiso de invertir en Burgos para recuperar la capaciad producitiva lo antes posible». 
Numerosos burgaleses marcharon ayer en procesión hasta la calle La Bureba del polígono de Gamonal para observar in situ cómo los 40.000 metros cuadrados de fábrica quedaban reducidos a escombros. Al principio los ciudadanos pudieron llegar hasta la puerta principal, pero después la Policía Nacional, que movilizó 50 funcionarios ayer, alejó el cordón de seguridad por temor a que los gases tóxicos pudieran afectar a los ciudadanos. El acceso a la zona fue cortado, pero los trabajadores de las empresas aledañas podrán acceder hoy a sus puestos.