Depresión y suicidio no deben ser un tabú

Carmen Ansótegui (SPC)
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Los expertos abogan por concienciar a la sociedad para que adquiera un papel clave en la asistencia a las personas que tengan tendencia suicida causadas por la enfermedad mental

El suicidio es un importante problema de salud pública en todo el mundo. Tan solo en España se estima que cada año más de 3.700 personas deciden quitarse la vida y los expertos alertan de que en la mayoría de los casos no llegan a recibir ningún tipo de tratamiento. Con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se celebra este lunes, se quiere concienciar a la sociedad para ser capaces entre todos de apoyar a quienes se enfrentan a esta situación. 

Los hombres de mediana edad son quienes más tienden al suicidio, pero cabe destacar que es la principal causa de muerte entre los más jóvenes. Pueden ser muchos los motivos que hagan que una persona no quiera seguir viviendo, aunque los estudios apuntan a que los problemas de salud mental están detrás de más del 60 por ciento de los casos. 

La depresión es la enfermedad mental más común y está íntimamente ligada al suicidio, pero tampoco es, por lo general, el único motivo, tal y como asegura Ana González Pinto, presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica. Según explica, para que aparezcan los pensamientos suicidas, la depresión debe ser grave y habitualmente se dan además al mismo tiempo otros problemas como la soledad, el consumo de sustancias o rupturas sentimentales. 

Hay muchas señales que indican que alguien puede padecer una depresión. Falta de apetito, mente confusa, preocupación, fluctuación del sueño, descuido de la imagen o incluso del aseo personal son algunos de los síntomas más frecuentes y conocidos. Ante una situación así, que perdure en el tiempo durante al menos dos semanas, se recomienda acudir al médico.