Así que pasen 40.000 números

diariodeburgos.es
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125 años, un mes y un día después de la salida del primer Diario de Burgos aparece hoy el ejemplar que hace esta cifra tan redonda y tan rotunda. Más de un siglo y cuarto contando la realidad de la ciudad y la provincia en diferentes formatos.

De anunciar vacunas a domicilio al precio de cuatro pesetas a informar del sistema sanitario que se ocupa gratuitamente de la atención a los pacientes en el final de su vida. Del estreno de la zarzuela en un acto Los Carboneros al de la película Capitán América Civil War. De celebrar a San Venancio y Santa Teodosia a recordar el Día de la Comunidad de Madrid. De costar 5 céntimos a dejar en el kiosco 1,30 euros en la edición de papel o una cantidad entre 0,55 y 0,75 céntimos de la digital. Son algunos ejemplos extraídos de nuestra primera portada (la de 1891) y de la de hoy. Entre ambas median 40.000 ejemplares que conforman una pequeñísima parte de la evolución que han experimentado la ciudad y este periódico. 40.000 es el número del Diario de Burgos que hoy tiene entre las manos, estimado lector. Así como el pasado 1 de abril celebrábamos la salida a la calle de nuestro 1; hoy, lunes 2 de mayo de 2016, ve la luz el 40.000, que se dice pronto. Millones de líneas explicando y analizando la geografía física y humana de esta provincia: sus logros y sus carencias; sus alegrías y sus miserias, en definitiva, su historia, que es la de cada uno de quienes la componemos.
«Lo dice el Diario» ha sido esa especie de mantra que nos ha perseguido desde hace un siglo y cuarto expresando de la mejor manera posible la confianza del lector en este papel y la veracidad de cuantas informaciones de interés público han salido, en un principio de cuartillas manuscritas; más tarde, de ruidosas máquinas de escribir  y ahora, de modernos ordenadores con un amplio despliegue de imágenes y diseño.
Aquel pequeño grupo de profesionales de la sede primigenia que tuvo Diario de Burgos en el Paseo de la Isla, 11, dio lecciones desde el principio.  Apenas habían pasado cinco meses desde que el periódico estaba en la calle cuando cubrieron de una forma absolutamente profesional el terrible accidente ferroviario que se produjo el 23 de septiembre de 1891 cerca de la estación de Quintanilleja, que se saldó con 15 muertos y 28 heridos, haciendo de aquel recién nacido una parte ya insustituible de la sociedad burgalesa.
Luego vinieron otras historias. Algunas truculentas, como la del mendigo que intentó asesinar al clérigo Pedro Somoza en la misa de 8 de la Catedral o las que ETA perpetró en la ciudad en forma de atentados o del secuestro de la ya icónica figura de José Antonio Ortega Lara. Otras, felices y que hablaban de progreso: la propia liberación del funcionario tras 532 de cautiverio, la declaración de Atapuerca como Patrimonio de la Humanidad, el adiós al paso del tren por el centro, la creación de la UBU o la llegada de los hipermercados. Un poco más atrás en el tiempo, la aparición de petróleo en La Lora o la creación del Polo de Desarrollo. En todos estos momentos, Diario de Burgos siempre estuvo allí. Por delante nos esperan otros 40.000.