"Burgos no puede presumir de ecosistemas si falta el lobo"

G. Arce
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Algo hay en ella del espíritu indomable y combativo de las Dian Fossey y Jaen Goodall, las míticas conservacionistas de los últimos gorilas y chimpancés de África. En el caso de esta burgalesa de 38 años, su particular empeño está en el lobo ibérico

El viejo amigo de Félix Rodríguez de la Fuente ha llevado a esta mujer a impulsar desde hace tres años ‘Vivir con lobos’, un programa nacional pionero de Ecologistas en Acción que intenta sortear el enconado conflicto económico, judicial y personal que genera este extraordinario depredador para intentar implicar a los ganaderos, a los últimos del medio rural, en la defensa de su otrora peor enemigo. La coexistencia con el mal llamado ‘gran matador’ es posible en pleno siglo XXI, insiste, y no es un anhelo romántico ni buenismo animalista, sino un concienzudo trabajo de campo, de gestión de recursos, de unión de voluntades y de divulgación por parte de una licenciada en ciencias ambientales y unos ganaderos que, a pesar de las opiniones en contra, han apostado por una alternativa sostenible con la naturaleza y, sobre todo, ajena a la confrontación.

Esta semana la Junta anunciaba la interrupción «momentánea» de la caza del lobo al norte del Duero. ¿Han ganado la guerra?

Es una noticia muy positiva. Siempre hemos pensado que el lobo no se puede gestionar como una especie cinegética. Estamos ante una especie apical, que está en la cumbre de la pirámide de los ecosistemas, y biológicamente no está preparada para soportar extracción. Los conejos o los corzos, por ejemplo, tienen depredadores; el lobo, en un estado natural, no tiene depredadores y autorregula sus poblaciones. Si añadimos una presión cinegética, rompemos el equilibrio. También hay una razón normativa:la Junta de Castilla y León debe velar por un estado de conservación favorable de la especie, así obliga la directiva europea Hábitats. Esto no está ocurriendo al norte del Duero.

¿En qué situación se encuentran las poblaciones de Burgos?

En serio declive.Contamos con dos censos oficiales del Ministerio de Medio Ambiente: el de 1998 cifraba en 28 el número de camadas en la provincia (manadas cuya reproducción estaba confirmada); 18 años después, aunque con diferente metodología, se contabilizaron 17 grupos reproductores, 12 de los cuales habían criado ese año. En los últimos informes anuales del plan del lobo se estiman 10 camadas. Las poblaciones  tampoco aumentan en las provincias limítrofes de Castilla y León y no hay presencia efectiva de esta especie (solo de una forma puntual)en La Rioja ni el País Vasco. Burgos se ha convertido así en un sumidero de las poblaciones que se deberían expandir desde Zamora, León y norte de Palencia hacia La Demanda. De hecho, en Aragón se ha analizado el ADN de un lobo que tiene sus orígenes en Italia. ¿Y no hemos sido capaces de implantarlos desde Castilla y León? La Junta no solo no debe permitir la caza sino preocuparse por ver a qué obedece este declive: a problemas de salud, a furtivismo...

Antes de paralizarlo en los tribunales, ¿cuántos lobos se han cazado en Burgos esta temporada?

El cupo de caza de  la última campaña cinegética era de 15 ejemplares (4 en Merindades Oeste, 4 en Páramos, 4 en Sabinares y 3 en Burgos Centro-Oeste), en teoría un número ajustado a la cantidad de individuos, no a los daños causados (se han abonado 10 ataques en 2017 por valor de 4.600 euros en total). Solo se han podido abatir 6 lobos, apenas un 20% de lo previsto. Menos mal que la próxima temporada, al menos, no se intentará abatir a otros 15.

La Junta insiste en que la caza controla las poblaciones y reduce los ataques a la ganadería.

Insisto, matar lobos es contraproducente pues desestructura las manadas y los grupos antes especializados en cazar presas silvestres pueden derivar hacia las oportunidades que encuentran en las explotaciones ganaderas. La gestión cinegética de la especie no está reduciendo los daños ganaderos ni rebajando el conflicto. Por lo tanto, no funciona.

¿Yqué es lo que funciona con este correoso animal?

El manejo del ganado. Un dato:hay muchos más ataques de lobo en Ávila que en León, 944 frente 195 el pasado año, pese a que en esta última provincia se permite la caza de 51 ejemplares por temporada, lo que puede ilustrar el número de manadas que la habitan. Hay una cuestión muy relevante: en León no se ha perdido el manejo tradicional del ganado mientras que en Ávila sí.  

¿Qué se entiende por manejo tradicional en pleno siglo XXI?

Algo muy sencillo: el ganado acompañado por los pastores y estabulado por las noches; la guarda de perros mastines bien alimentados, cuidados y entrenados; la instalación de cerramientos controlados y de barbacanas temporales. El lobo rehúye todo aquello que le resulta extraño. No hay una fórmula mágica  pero la Administración debe cambiar el foco: en vez de invertir tanto en el aprovechamiento cinegético y en las indemnizaciones (siempre necesarias, eso sí), debe promocionar la prevención, la coexistencia entre ganaderos y lobo. Los que han apostado por esta línea lo están haciendo por iniciativa propia. No hay ningún tipo de ayudas, ni siquiera la PAC contempla ayudas que favorezcan esta coexistencia y la conservación del medio natural. Hace falta un asesoramiento personalizado al ganadero porque esta coexistencia depende del tipo de ganado, de la orografía, del clima... No es tan costoso ni es tan difícil.

¿Cuándo comenzó el programa ‘Vivir con lobos’ de Ecologistas en Acción que dirige?

Hace tres años. Vimos que confrontación no nos llevaba a ninguna parte y decidimos trabajar para la coexistencia. Busqué ganaderos y ganaderas de todo el territorio donde habita el lobo que realmente estuvieran coexistiendo con el depredador. Todos han sufrido bajas por ataques pero han adoptado las medidas necesarias para que sean las mínimas posibles. Asumen estos daños como una parte de una vida en un medio rural sano. De hecho, muchos están orgullosos de que en su territorio viva esta especie emblemática e incluso están impulsando un sello de calidad en sus productos que garantiza que sus explotaciones de ganadería extensiva son sostenibles y respetan la biodiversidad, incluido el lobo.

¿Qué motivó el arranque de este programa pionero en España?

Un encuentro en Valladolid con ganaderos que querían convivir con el lobo y que nos propusieron medidas para que la coexistencia fuera posible. Tras un año de proceso participativo sacamos un documento con medidas concretas que se solicitan a todas las administraciones. Entre ellas, que se reconozca a los mastines como animales de trabajo diferenciados de las mascotas, que las indemnizaciones por daños sean justas y de acuerdo a las medidas preventivas adoptadas o no por los ganaderos y que se promuevan acciones preventivas allá donde puede aparecer el lobo, como está ocurriendo en la zona sur del Duero.

¿Cuántos ganaderos participan en ‘Vivir con lobos’?

Unos 60 de Castilla y León, Madrid, Asturias y Cantabria. En Burgos tenemos a Leandro, en el Valle de Valdivielso, que ha ido más allá y plantea que el lobo ‘trabaje’ para el ganadero. Insiste en que desde que realiza una gestión ganadera compatible con el lobo su explotación ha mejorado y es más productiva. Me acuerdo de Arias Tascón, de Laciana, con ganado vacuno y sus mastines. Es un hombre orgulloso de vivir en una zona donde habita el oso y el lobo. Recuerdo a los ganaderos de la Sierra de Madrid, donde se ha creado una especie de red ‘pro-lobo’. Todos los años realizamos encuentros e intercambios de información entre estos profesional y nos sorprende su actitud abierta.

¿Alguna vez ha recibido amenazas?

No de forma directa. Sí que hay ganaderos que nos han pedido que sus aportaciones sean anónimas porque sufren presiones del entorno. De verdad, valoro mucho la valentía de los que están trabajando con nosotros en este proyecto.

Las organizaciones agrarias no se andan con contemplaciones en este tema....

Pues deben tener en cuenta que entre sus integrantes hay ganaderos favorables a la coexistencia, gente que quiere producir en la naturaleza y vender directamente sus productos sin intermediarios. Las OPAS deben luchar para que la Administración apoye esta coexistencia y estos ganaderos no se queden solos.

¿El lobo puede favorecer el asentamiento de población rural?

La Junta ha planteado lo contrario, que el lobo es un problema, pero yo estoy convencida de que la coexistencia con el lobo es una forma de fijar población en el territorio, es una forma de que las actividades ganaderas tengan personas trabajando y de no favorecer un modelo de ganadería intensiva. Hay un turismo lobero en auge, aunque hay que separar las buenas y las malas prácticas porque no es fácil verlos. La provincia de Burgos tiene como bandera sus grandes recursos naturales y sus ricos ecosistemas, pero no es así, no está completa porque le falta el lobo. Este animal debe ser el sello de garantía de nuestro rico ecosistema natural, incluyendo en ello la cultura material e inmaterial del manejo ganadero que atesoran nuestros pueblos (por ejemplo, las tenadas) y que estamos perdiendo.

¿Queda algo del mensaje de  Félix Rodríguez de la Fuente?

Sí. Su labor fue clave para dejar de ver al lobo como una alimaña y entenderlo como una especie más que cumple su papel fundamental e insustituible en los ecosistemas. Con Félix se empezó a hablar en positivo de una especie en la que siempre se había hablado en negativo. Su mensaje sigue estando vivo.

¿Por qué sobrevive la leyenda negra sobre este animal?

Porque se le sigue viendo como un trofeo de caza y considerando especie cinegética. Hay un interés en que se pueda seguir cazando. No hay un ecosistema que funcione bien sin el lobo, que regula las poblaciones de herbívoros, jabalíes... Además, ataca a los individuos enfermos, atajando la transmisión de enfermedades a los animales domésticos.

¿Qué siente cuando ve en las redes sociales la exhibición de los cadáveres o cabezas decapitadas?

Lamento que se pueda hacer eso, que exista esta impunidad y no se encuentren a los culpables de estas cazas ilegales. Me preocupa el mensaje y esa impunidad gratuita.

Por cierto, ¿se han interesado en la Junta por su proyecto?

Lo presentamos en febrero en las Cortes regionales. No acudieron ni el PP ni Ciudadanos... La verdad, no hemos visto que nos hayan tomado en cuenta. Me gustaría que la Junta hablase con estos ganaderos...