La Orquesta Sinfónica de Burgos (OSBU) interpreta este domingo en el Fórum (19,30 horas) ‘Las cuatro estaciones’, de Antonio Vivaldi, y ‘Las cuatro estaciones porteñas’, de Piazzola, concierto para el que contará con Marc Oliu como director invitado. Este segundo concierto de abono un sugestivo programa que contrapone obras de dos compositores de estilos y épocas dispares. ‘Las cuatro estaciones’ de Vivaldi se configuran como cuatro conciertos barrocos para violín y orquesta de cuerda. Están basados en el texto de unos sonetos cuya autoría acaso corresponda al propio compositor y en los que se describen imágenes de las diversas estaciones del año. En ‘Las cuatro estaciones porteñas’, el compositor y bandoneonista argentino Astor Piazzolla mezcla referencias explícitas a la obra de Vivaldi con aires de tango y jazz, en una descripción de la sucesión de las estaciones en el hemisferio sur. Esta obra se interpretará en el arreglo efectuado por el compositor ruso Leonid Desyatnikov para violín y orquesta.
Las principales novedades que presenta este concierto es que la orquesta cuenta con uno de los becarios del conservatorio, en este caso, además, el becado más joven: Diego Enrique Virgüez, que estudia violín. Asimismo, los músicos serán visitandos por alumnos de la UBU, toda vez que la OSBU mantiene una colaboración con Educación en la Universidad de Burgos en Didácticas específicas, en concreto con Música. Javier Castro dio una ponencia el año pasado, algunos músicos de la OSBU estuvieron tocando en clases de la facultad y los alumnos asistieron a un concierto en el que al terminar pudieron mantener un encuentro con el director de la OSBU.Dado lo gratificante de este experiencia, este año se repetirá en este concierto con el director invitado, Marc Oliu, que ya ha colaborado anteriormente con la orquesta aunque como concertino.
Los compositores
Hay quien ha comparado el éxito y decadencia Vivaldi, y de su música, con el devenir de la República veneciana durante el siglo XVIII. No fue hasta el siglo XX cuando se recuperó su obra, en gran parte debido a la recuperación también del interés por la música de Bach, quien transcribió para clavicémbalo varios de los conciertos de Vivaldi para violín. Hoy se le reconoce como el mayor representante musical del barroco veneciano y un prolífico compositor de conciertos para instrumento solista, un género que ayudó a consolidar.
Astor Piazzolla compone las ‘Cuatro estaciones porteñas’, como obras independientes, entre los años 1965 y 1970 para su quinteto formado por piano, contrabajo, violín, guitarra eléctrica y él mismo en el bandoneón. El paisaje que recrea es netamente urbano, el de Buenos Aires. En ellas logra que se contenga su ambiente: las sirenas en la noche, los sonidos industriales y el bullicio de sus millones de habitantes, a través de recursos expresivos y compositivos que Piazzolla hereda de una tradición compositiva e interpretativa que conoce muy bien. Su estilo en este período refleja sus tempranos contactos con el jazz; pero, también, con el lenguaje contemporáneo, la disonancia propia del lenguaje musical de Béla Bartòk o la admiración del compositor hacia Bach.