Un Salas imparable bajo la dirección de Molinero

J.D. Maté / Burgos
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El entrenador serrano mantiene a su equipo líder del Grupo A de Regional Aficionado, con pleno de triunfos en seis jornadas

Ni el Real Madrid ni el Barcelona en Primera División, siquiera el Osasuna o el Córdoba en Segunda, y tampoco ningún equipo de Segunda B ha ganado todos sus partidos esta temporada 2015-2016. Tan solo lo ha hecho el Yeclano, en el Grupo XIII de Tercera, y marcha líder de su categoría. Por todo lo anterior, la trayectoria del CP Salas este curso es digna de mención. A los serranos no hay quien les pare y de momento han hecho pleno de triunfos en seis jornadas disputadas. De ahí que lideren el Grupo A de Regional Aficionado con cuatro puntos de ventaja sobre el San José, segundo clasificado.

El secreto del éxito del CP Salas radica en un bloque de futbolistas que se conocen a la perfección, al llevar muchas temporadas jugando juntos, y un entrenador, José Manuel Molinero (Salas de los Infantes, 1965), que ha vuelto a casa tras una dilatada carrera en banquillos de Tercera División y Regional Aficionado (Norma, Almazán -en dos ocasiones-, Burgos B o como ayudante de Carlos Tornadijo en la Arandina) para llevar con acierto las riendas del club.  

«No estoy sorprendido porque el buen inicio es fruto del trabajo del año pasado», indica el técnico serrano, que si bien reconoce que «es difícil ganar los seis partidos», añade que aún no se han enfrentado con los de arriba, «salvo con el Briviesca».

La victoria en el estreno liguero ante el recién ascendido El Espinar (0-3) dio inicio a una racha triunfal que ha llevado al CP Salas a ganar en su feudo de San Isidro al Briviesca Norpetrol (2-1), al San Esteban de Gormaz (3-0) y al Atlético Palencia 1929 (4-2); y a domicilio en Pallafría (0-3 ante el Real Burgos) y en Lanzahíta frente al Mombeltrán (1-2).

Seis partidos, seis triunfos, 17 goles a favor y tan solo cuatro en contra. Las cifras de los serranos son «una continuación» al buen final del curso anterior, donde encadenaron ocho encuentros invictos hasta que perdieron en la última jornada. Este año han entrado en una dinámica aún mejor que esperan alargar. «Están saliendo las cosas bien y vamos a ver si sigue así», desea Molinero, que apela a la filosofía del «partido a partido».

Y el siguiente encuentro que disputará el Salas será este sábado en San Isidro (17.00 h.) ante el Bosco de Arévalo. «A priori es un rival asequible, pero cualquiera te puede crear problemas», dice un entrenador que pese a la racha de su equipo prefiere ser «realista» y no «crear falsas expectativas». «Primero vamos a intentar mantener la categoría. De momento tenemos 18 puntos y ya nos quedan menos para lograr el objetivo. Luego, si andamos arriba, intentaremos hacerlo lo mejor posible».

Su pasado futbolista

Molinero, que antes que entrenador fue futbolista, sabe que para que un vestuario funcione, es fundamental que esté unido; por eso, su principal premisa es «que el grupo siga contento, que se repartan los minutos y que los jugadores se diviertan».  

Él lo hizo en las filas del Salas, del Lermeño, del Sestao, del Almazán, pero sobre todo en las del FC Andorra, etapa de la que recuerda ganar la Copa de Cataluña en 1994 «tras eliminar al Barça y ganar al Espanyol en la final». También saboreó el éxito como futbolista del Real Burgos, Racing de Ferrol o Palencia, con los que consiguió ascender a Segunda B. Precisamente del cuadro palentino sigue siendo el máximo goleador de su historia.

Y goles, muchos, está marcando su equipo, que espera seguir sumando de tres en tres para mantenerse en el liderato con permiso de los grandes favoritos: el Real Ávila, La Granja, el Unami... e incluso el San José o el Briviesca.

«De momento los tres equipos fuertes de la categoría hasta ahora no están rindiendo al nivel esperado. Al Ávila y a La Granja, que vienen de Tercera, quizás les está costando adaptarse a la categoría y se tienen que poner el mono de trabajo, también el Unami. El que no me sorprende es el San José, que mantiene el bloque y tiene equipo para dar guerra, como el Briviesca». Y, ¿por qué no?, como el Salas. Veremos.