Los nervios acumulados durante 120 minutos frenéticos se dispararon al final del encuentro en el Carlos Tartiere. Durante el partido ya se pudieron ver algunos cruces de palabras entre ambos banquillos, pero a la conclusión del choque la tensión fue a más.

Camino de los vestuarios el preparador físico del Real Oviedo, que ya había tenido algún encontronazo previo con la expedición rojilla en la celebración de los goles, se enzarzó en una discusión subida de tono con Iván Agustín, teniendo que intervenir integrantes de los dos equipos para que la situación no pasara a mayores.

Ya en el túnel fue el entrenador de los asturianos, Sergio Egea quien perdió el control. El técnico, molesto porque en la jugada que originó el tercer gol el Mirandés no echó el balón fuera cuando había un futbolista en el suelo, se dirigió de forma airada a Carlos Terrazas «empujándole y zarandeándole a la vez que le recriminaba una acción del encuentro», como recoge el acta arbitral y ratifican las versiones de todos los miembros de la delegación mirandesista presentes en el incidente.

El colegiado, Figueroa Vázquez refleja en su relato de los sucedido que incluso fue necesaria la intervención de las fuerzas de orden público para poner fin a una tangana en la que también Javier Álvarez de los Mozos sufrió un intento de agresión, aunque este hecho no figura en el acta.

En las declaraciones posteriores al encuentro, Terrazas evitó referirse a lo acontecido en los vestuarios y se limitó a señalar que es decisión arbitral parar el encuentro si considera que hay un jugador lesionado. Eso sí, al ser preguntado directamente sobre si había intentado repeler la agresión de Egea, el técnico aludió a su discapacidad en el brazo para dejar claro que en ningún momento hizo amago de responder.  

Ahora habrá que esperar la decisión que adopta el Comité de Competición aunque es probable que Egea sea sancionado, igual que el futbolista Dani Bautista, quien llamo «sinvergüenza» al árbitro tras su expulsión.