Los palés recuperados, perfectamente rotulados y marcados por sus legítimos propietarios, pertenecían a dos mercantiles de Madrid y Toledo, que los alquilaban a diferentes empresas de logística de transporte de mercancías. Estos materiales, una vez utilizados, deben ser devueltos a la mercantil que los alquila para su nueva recirculación. La empresa burgalesa investigada no llevaba ningún tipo de control de esas compras de palés destinados al alquiler ni de registro de las personas que los vendían. Dicha mercantil, además, intentó ocultar a la policía la presencia en una de sus naves de otros 400 palés de procedencia similar a los intervenidos, lo que parece un claro indicio de que los gestores de la mercantil burgalesa conocían lo irregular de las operaciones que realizaban con ello.