Athletic y Barcelona disputan hoy en el Camp Nou la final de la Copa del Rey (21,30 horas/Telecinco), la octava en la Historia entre ambos y la tercera en los últimos siete años, que viene marcada por la posibilidad que tienen los blaugranas de lograr un doblete y seguir aspirando al triplete y, por parte de los ‘leones’, por las ganas de revancha tras las dos anteriores perdidas y de lograr un ansiado título que pondría fin a una sequía de 31 años.

Un duelo vibrante entre los dos equipos con más trofeos, los 26 del bloque ‘culé’ por 23 de su rival. Un total de 49 títulos que estarán representados sobre el terreno de juego del Camp Nou, que ejercerá de feudo neutral.

No ha sido un año plácido para la escuadra de Ernesto Valverde, que llegó a coquetear con el descenso en las primeras jornadas de la Liga, pagando el desgaste de jugar en Champions y, además, sin fortuna. Pero se ha recuperado muy bien y aspira a dar la sorpresa.

Por su parte, el cuadro catalán va camino de repetir la gesta lograda en 2009. A las órdenes de Luis Enrique, la Liga ya está en el bolsillo, y ahora afronta esta final para, el 6 de junio, disputar la de la Champions contra la Juventus en Berlín. Y el objetivo no es otro que lograr el doblete, primero, para poder seguir soñando con un segundo triplete en seis años, algo inédito en el fútbol continental.

Paso a paso, el Barça sabe que enfrente tendrá a un duro contrincante que dará todo por cambiar el curso de la Historia y volver a amargar a los ‘culés’, como ya hicieran la última vez que levantaron un título, en 1984, batiendo a un oponente en el que militaba Diego Armando Maradona.

El objetivo de los ‘leones’, que llevan preparando esta cita con mimo desde hace meses, será el de intentar, con su presión, cortocircuitar el juego ofensivo local, más directo y rápido.

El Athletic tratará de evitar que Messi, Suárez y Neymar tengan espacios, un tridente letal que está dispuesto a seguir marcando. Más allá de la presión, el conjunto vasco consagrará sus opciones a la frescura y velocidad que pone Iñaki Williams, complemento perfecto de Aritz Aduriz, además de sus opciones a balón parado.

Luis Enrique, una vez que Luis Suárez se ha recuperado de una sobrecarga muscular, alineará a su once de gala, con Ter Stegen en portería, y con un mediocampo formado por Busquets, Iniesta y Rakitic que tendrá que contener la exigencia a la que le someterá su adversario. Xavi tendrá que esperar su oportunidad para vivir su último partido en un Camp Nou, que también podría emitir su veredicto sobre Dani Alves.

En el bando rival hay más dudas. Además del lesionado Íker Muniain, De Marcos, otro titular indiscutible, tampoco podrá estar por sanción, lo que deja un hueco abierto en el lateral derecho donde residen los mayores quebraderos de cabeza de Valverde.

El extremeño debe poner al otro teórico lateral, Andoni Iraola, que afronta su último choque con el Athletic, en el centro del campo y decidir entre Etxeita o el joven Bustinza. Si es el primero el elegido, Gurpegi entraría en el centro junto a Laporte. Además, San José, Beñat y Rico serán los encargados de incomodar el juego azulgrana.