El gran desafío de Sarkozy

Agencias
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El exdirigente, que opta este sábado a la Presidencia de su formación, se marca como primer objetivo «reunir a la familia» de la UMP, un partido con numerosos enfrentamientos internos

El gran desafío de Sarkozy - Foto: PHILIPPE WOJAZER

 
 
Han pasado apenas dos años desde que Nicolas Sarkozy perdiera las elecciones presidenciales y, como consecuencia de ello, anunciara su retirada de la política. Desde entonces, al conservador le ha dado tiempo para estudiar cómo recuperar el terreno perdido y también para ver cómo su formación, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), ha ido resquebrajándose. Por esta razón, el pasado mes de septiembre, anunció su vuelta a la vida pública y el próximo sábado participa en las primarias por liderar el partido, unos comicios a los que opta con muchas opciones de victoria.
Según apuntó ayer, su primer objetivo, en caso de vencer, será «reunir a la familia» de la UMP, tras varios años de «enfrentamientos brutales».
Sarkozy, que se medirá a los diputados Bruno Le Maire y Hervé Mariton para hacerse con el bastón de mando del partido y remontar un declive que comenzó con la pérdida del Elíseo en mayo de 2012, aseguró que ha encarado la campaña para las primarias «con pasión», aunque es consciente de la «fuerte responsabilidad» que tiene ante sí la formación, que, según el exmandatario, debe «preparar la alternancia del poder».
Su «primer desafío», si se corona vencedor, será conseguir la unión. «Quiero reconciliar a la derecha con ella misma», indicó, en un claro llamamiento a la cohesión tras «un espectáculo lamentable de enfrentamientos brutales», insistió.
El siguiente paso que deberá dar será el de postularse como candidato al Elíseo para 2017. Para ello, un año antes se celebrarán primarias para designar al aspirante a la Presidencia.
Para entonces, se avecina una guerra más igualada, entre Sarkozy y su exaliado Alain Juppé, una relación que, según la rumorología, se ha enfriado desde el regreso a la política del primero.
Por otro lado, el exdirigente también está en el punto de mira de su país después de que el semanario satírico Le Canard enchaîné apuntase que la polémica foto de François Hollande y su supuesta novia, Julie Gayet en el Elíseo fue tomada por un topo del conservador, que trabajaría en la residencia presidencial. La revista, de gran reputación en información política, apunta a que la instantánea fue filtrada por un empleado del palacio, que mantendría vínculos con el antiguo inquilino y se la habría proporcionado para dañar la imagen del socialista.