Santuario de Santa Casilda, lugar milagroso

M.J.F. / Briviesca
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Miles de peregrinos visitan el Santuario en todas las épocas del año y rinden tributo a la patrona de Briviesca. Es famoso el milagro de las rosas de esta infanta mora del siglo XI

El enclave espiritual por excelencia de la comarca de la Bureba está situado a once kilómetros de Briviesca. - Foto: J. J. Matías

Situado a once kilómetros de Briviesca, el Santuario de Santa Casilda, es el enclave espiritual por excelencia de la comarca de la Bureba. Hasta él, se acercan cada año miles de fieles para rezar, agradecer o pedir algo a la santa. La tradición la ha achacado un don especial para la fecundidad.

Se dice que quienes deseen tener un varón en el plazo de un año deben lanzar una piedra desde lo alto del Santuario al Pozo Blanco y quienes prefieran una niña deben arrojar una teja. Pero también, se afirma que intercede por los enfermos y el ritual consiste en mojar una prenda en las aguas del Pozo Negro y colocársela después al aquejado.

Santa Casilda vivió en el siglo XI y fue una infanta mora, hija del rey toledano Al Mamún. De ella  se cuenta que no siendo curada por los médicos de su entorno, de un flujo de sangre, tuvo un extraño sueño que le sugería acudir a los lagos de San Vicente para su sanación. Casilda, siguiendo la consigna, se trasladó hasta el término de Buezo (cerca del actual Santuario) donde tras sumergirse en las aguas de sus pozos curó de su enfermedad. Tras su bautizo y conversión al cristianismo, la infanta tomó la decisión de quedarse a vivir en este paraje.

Eligió una cueva para morar en absoluta soledad como lo hicieron muchos otros en la Castilla de aquella época. Después de fallecer, Casilda permaneció en el anonimato hasta bien entrado el siglo XV y según la tradición oral, el resurgimiento de la santa y la devoción que sienten los briviescanos y burebanos se explica por la cadena de milagros ocurridos tras su muerte. Algunos estaban relacionados con caídas por barrancos sin consecuencias y con curaciones de personas desahuciadas.

El pan convertido en rosas

El milagro más conocido atribuido a la infanta mora es el de la conversión del pan en rosas. Las fuentes escritas relatan que su padre retenía en las mazmorras de su alcázar a cautivos cristianos. Casilda, con el pretexto de coger flores en el jardín hacía una escapada para hablar con los cristianos y llevarles pan, pero el padre decidió espiar sus andanzas y al sorprenderla y preguntarle qué escondía en el regazo. Ella respondió «rosas». El pan se había convertido en flores.

Este acontecimiento aparece reflejado en numerosas pinturas que hoy en día pueden verse en el Santuario. Los restos de la Santa se encuentran en la nave central. Por otro lado, el Santuario cuenta con un pequeño museo de exvotos muy curioso.