Próxima estación, poesía

R.P.B. / Burgos
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La línea de autobús de Gamonal se llena de versos para acercar la poesía a los ciudadanos • Aunque hay competidores como los teléfonos móviles o la pereza, la iniciativa cuaja

Dos pasajeros leyendo sendos poemas durante el trayecto. - Foto: Alberto Rodrigo

La vida es un lugar de paso, escribe Diego Doncel en su poema Zonas de tránsito. También un autobús es un lugar de paso, y en uno de ellos una joven adolescente lee el verso que encabeza el reportaje, abstraída de todo, ajena al vaivén del vehículo y a los pasajeros que suben y bajan con el frío de la soleada mañana de diciembre en el rostro y en las manos.Lee poesía en el autobús hasta que el móvil la reclama y entonces los versos se esfuman de sus ojos, y la cuartilla que habitan es arrinconada a un bolso del abrigo, donde se ven silenciados aunque continúen refulgiendo en la oscuridad y quizás, aunque no lo sienta, también en el corazón de la chica, porque una vez que se lee un poema no se vuelve a ser el mismo.

A su lado, una mujer se centra en la lectura de otros versos mientras su hija, una chiquitina que no tendrá más de un año, reclama el papel en el que Daniel Rodríguez Moya escribe: Alguien lee libertad y levanta murallas,/ fronteras insalvables y prohíbe/ el paso de un camino/ o lo llena de zanjas. Así que la mamá claudica ante la petición de su criatura y le entrega el poema, que la niña hace un gurruño, confirmando lo que el poeta teme: Las palabras, a veces, se pierden, las disfrazan...

Hay quienes ignoran los expendedores de poesía que desde el lunes se han instalado en la línea 1 de los autobuses urbanos, quizás creyendo que se trata de publicidad; sin embargo, dos viajes han permitido comprobar que un aceptable porcentaje de usuarios no sólo ha sentido curiosidad, sino que se ha acercado a los estantes instalados a iniciativa del Instituto Municipal de Cultura para tomar las cuartillas y dedicar unos pocos minutos a la lectura de los versos, haciendo el trayecto mucho más corto, ameno y enriquecedor.La poesía en sí misma es un viaje maravilloso.

Es cierto que las infinitas aplicaciones de los teléfonos móviles representan un competidor casi invencible, superior a la pereza, pero la poesía tiene ese algo mágico que terminar por conquistar a quien se acerca a ella. Hay que esforzarse, sí, pero la iniciativa no puede ser más positiva. La poesía no es un género inalcanzable ni abstracto y este sencillo proyecto lo está demostrando.

Da igual que haya quienes obvien los poemas que se ofrecen al viajero; da igual que quien tome una cuartilla apenas lea los dos primeros versos.Siempre habrá alguien que los lea enteros, que llene su alma con ellos, aunque los poemas acaben ocultos en un bolsillo, arrugados por una niña o caídos como al pasto el rocío de Neruda.