Algo está cambiando también en las misiones. La diócesis de Burgos cuenta con un total de 730 misioneros, de los que prácticamente la mitad son mujeres. En la estadística nacional las féminas suponen ya el 54% de las personas que colaboran en las labores misioneras de la Iglesia, pero en la provincia las cifras igualan ambos sexos, dejando acaso un pelín por debajo a las misioneras.

Según los datos que aportó ayer la diócesis de Burgos, los 730 misioneros y misioneras están repartidos por los cinco continentes: 86 en África, 540 en América Latina, 26 en Asia, 1 en Oceanía y 92 en Europa: «Aunque la cifra ha bajado respecto a años anteriores debido a las jubilaciones y a que bastantes prefieren acabar su vida en su tierra, Burgos sigue siendo una de las diócesis españolas con más misioneros, solo por detrás de Madrid y Pamplona», apuntóJosé Manuel Madruga, delegado diocesano de misiones.

Otro de los cambios que aprecian en este tipo de trabajo vocacional es el aumento en los últimos años «del número de laicos y familias enteras que deciden salir a la misión, también en nuestro propio continente». Y muchos de los que regresan -añadió Madruga- «colaboran intensamente con la diócesis porque la misión también está aquí». Es el caso de José Antonio Arroyo, que trabaja en Belorado tras regresar del Togo, o Gerarda Hernando, que ha cambiado Mauritania, Nicaragua y Senegal por el norte de la provincia.

Los datos aportados por la diócesis coinciden con la celebración el domingo de una nueva campaña del Domund. El año pasado en esta misma colecta los burgaleses donaron 201.717 euros, una cifra que deja a la diócesis como la segunda más generosa de Castilla y León, detrás de Valladolid.