Hace tan solo dos años, el director estadounidense Damien Chazelle inauguró el Festival de Venecia con la atronadora ovación a su premiado musical La La Land. Sin embargo, ayer no consiguió repetir la hazaña y no entusiasmó al público con su aventura espacial First Man, que también levantó el telón del certamen italiano. 

La acogida no fue del todo calurosa, pero la cinta que narra la llegada del primer hombre a la Luna, una gesta de hace casi 50 años, y que protagoniza Ryan Gosling, fue ensalzada por la forma en la que el realizador expone el vértigo y la angustia de aquella aventura hacia un horizonte desconocido que protagonizó el Apollo XI en 1969, liderado por Neil Armstrong. 

Lo que sí hay que reconocer a Chazelle es que casi consigue meterle el traje espacial al espectador, a través de un estudiado sonido, los primeros planos e impactantes secuencias como la del alunizaje. 

El cineasta estadounidense, que con 34 años y cuatro películas ya tiene a Hollywood rendido y a Steven Spielberg a su servicio como productor, explicó que cuando él nació ya era una realidad irrefutable la presencia del hombre en la Luna, nadie cuestionaba que eso se pudiese conseguir y lo que atrajo de esta historia era mostrar paso a paso cómo se hizo realidad «esa fantástica idea y los costes humanos» que conllevó, pues hubo numerosas pérdidas de vidas. 

Durante la jornada inaugural del certamen, la actriz británica Vanessa Redgrave recibió, visiblemente emocionada, el León de Oro a toda su carrera por «su extraordinaria personalidad humana y artística», un reconocimiento que recogió con palabras de agradecimiento al cine y al certamen.