No solo agreden y matan los varones que se consideran por encima de sus mujeres, las tratan como a objetos y deciden un mal día que tienen que terminar con ellas. Matan y agreden también los recortes sociales que impiden la ayuda a las víctimas que se atreven a denunciar su situación y quedan desamparadas al dejar atrás la dependencia económica de un maltratador. Los recortes realizados en políticas sociales por el Gobierno central fueron el objetivo de todas las críticas que se vertieron ayer en la manifestación organizada por el Colectivo 8 de Marzo.

Bajo una pertinaz lluvia, y a pesar de ella, un grupo de inasequibles al desaliento salieron de la Plaza del Cid y recorrieron el centro de la ciudad hasta llegar a la Plaza Mayor, donde María José Pereda, coordinadora de la Comisión Sociosanitaria de Burgos, y Vicente Alcalde, co-portavoz de Equo y candidato al congreso por esa formación en las últimas elecciones, leyeron un manifiesto en el que se volvió a recordar que la violencia de género «es la expresión más extrema de la desigualdad entre hombres y mujeres». A juicio de las organizadoras y de los movimientos y partidos que apoyaron la manifestación, las desigualdades de las que las mujeres son objeto «lejos de erradicarse se incrementan cada día bajo el pretexto de la situación crítica de la economía como producto de medidas claramente violentas tomadas por el Gobierno, vulnerando totalmente el enfoque de género exigido por ley».

En el listado de aspectos en los que se había avanzado hace apenas unos años y que ahora están en retroceso, los manifestantes recordaron que la reforma laboral «limita la lactancia y la jornada reducida y aumenta la diferencia salarial entre mujeres y hombres», que ha desaparecido casi totalmente la inversión en fomento del empleo femenino así como las ayudas a la dependencia, cercenadas en más de un 30%, cuando el cuidado de las personas dependientes recae fundamentalmente en las mujeres, y que los recortes en educación «hacen casi imposible afrontar los gastos generados por las hijas e hijos, sobre todo en familias monoparentales, y la incorporación de las mujeres al mercado laboral».

Se refirieron, además a la «importante» marcha atrás que supone los planes del Gobierno de Mariano Rajoy para la Ley de Salud Sexual e Interrupción Voluntaria del Embarazo «pretendiendo eliminar cualquier atisbo de independencia y emancipación económica y personal de la mujer» y, sobre todo, a la «aniquilación fulminante del plan personalizado a víctimas de violencia de género así como de las campañas de prevención».

El Colectivo 8 de Marzo recordó a las 72 mujeres mujeres muertas a manos de sus parejas o ex-parejas y a los 6 menores que también perdieron la vida como consecuencia de un asesinato de género. Hubo una especial mención a Almudena, la niña de 13 años muerta recientemente en Albacete «y víctima de violencia de género aunque algunos medios no lo reflejaron como tal».

Se sumaron a la manifestación,  las concejalas de Acción Social y Mujer, Ana Lopidana y Marisol Carrillo, y la jefa de la Unidad de Violencia sobre la Mujer de la Subdelegación del Gobierno, María Pilar Cazorla, entre otras.