Sin liderazgo claro

H.J. / Á.M. / Burgos
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Partido Socialista Obrero Español. Las divisiones internas y el duro revés electoral han minado la acción opositora de un PSOE que pierde fuelle

Sin liderazgo claro - Foto: Ángel Ayala

Luis Escribano no ha logrado consolidarse como un verdadero líder del grupo municipal socialista, en cuyo seno además siguen latiendo las disputas entre la dirección municipal y provincial del Partido que, por ejemplo, salieron a relucir cuando Escribano se presentó a la reelección como secretario de la Agrupación Local y, mucho antes, cuando los ‘escribanistas’ molestaron la elección de Luis Tudanca como secretario provincial presentando a una de sus concejalas más instrumentalizadas (Esther Peñalba) sin más opción que la de escenificar la ruptura.

Así las cosas, la voz cantante del PSOE se ha hecho coral. Los concejales Carmen Hernando y Antonio Fernández Santos, y en mucha menor medida Peñalba, la segunda edil liberada junto con Hernando, suplantan a un Escribano que parece encantado de quitarse de en medio en debates que, resulta manifiesto, no puede sostener por falta de conocimiento de las causas.

Las críticas a la gestión económica del equipo de Gobierno han centrado el discurso del PSOE, que bautizó al equipo de Gobierno como «El de las 3D: Deuda, Despilfarro y Descontrol». Además, los sonados escándalos de Eduardo Villanueva y Santiago González supusieron un filón con el que atacar políticamente al grupo popular. En el caso de Villanueva ejercen acusación particular al alimón con PCAS. En el de González se quitaron de en medio. Y han pasado meses desde que aseguraran que iban a presentar una querella contra el vicealcalde Ibáñez, cosa que no han hecho.

Los socialistas han insistido en repetidas ocasiones en la defensa de las prestaciones sociales y a raíz de una sentencia desfavorable contra la ordenación del entorno de Fresdelval, subsidiaria de la denuncia argumentada por el PSOE, exigió (sin éxito porque el PP lo impidió) eliminar «el mayor pelotazo urbanístico de la historia de la ciudad» del nuevo PGOU.

En su programa electoral  contemplaban la remodelación integral de la calle Vitoria en su tramo de Gamonal, la construcción bajo la principal arteria de la ciudad de un gran aparcamiento (la capacidad del previsto es uno de los motivos de fricción con Lacalle) y hablaba de levantar el Pabellón Arena multifuncional o «un recinto deportivo con una capacidad de al menos 7.000 espectadores». Eso fue en 2011.

Ahora, sin embargo, se opone a la creación de un espacio que combine varios usos; Fernández Santos reconoció recientemente que se habían «arrepentido» de su planteamiento inicial. Mientras, en el caso de la calle Vitoria los socialistas han arremetido contra los cambios llevados a cabo en el proyecto que resultó ganador del concurso convocado en su día (inicialmente no permitía tráfico privado y finalmente sí lo hará). Son especialmente beligerantes con las dimensiones del párking (exigen que sea más amplio), pero siguen compartiendo la idea de que, de alguna manera, a la calle Vitoria hay que meterle mano. Ahora que la cosa va de toros; mansos, abantos y desiguales.

Unión Progreso y Democracia

Todo por demostrar

Hasta la fecha, los unionistas no han hecho prácticamente nada que les confirme como alternativa. Muy perdidos

Unión, Progreso y Democracia entró con tres ediles en el Ayuntamiento, convirtiéndose en el segundo grupo de la oposición, pero su labor no ha ido más allá de sacar adelante varias proposiciones y replicar constantemente argumentos hurtados a otros grupos en diferentes comisiones.

Su portavoz, Roberto Alonso, es el concejal más activo, pero a veces lo es demasiado (han llamado la atención varias actuaciones suyas en los plenos y ruedas de prensa, poco acordes con lo que se espera de un empresario experimentado y maduro).

En sonadas ocasiones, su actuación ha sido rayana a la imprudencia. En febrero, con los asuntos de Villanueva y Santiago González todavía calientes, Alonso aseguró en rueda de prensa que tenía constancia de la entrega de sobres a dos concejales del Ayuntamiento, supuestamente de dinero negro, sin dar más detalles ni nombres. Uno de ellos, según su versión, lo habría aceptado.

Posteriormente reconoció el error de hacer una afirmación así en público, aunque aseguró tener «fuentes fidedignas» para sostener tan grave acusación. Acusación que fue aún más grave después de recordar a los periodistas, cual valedor de la transparencia de la que no hizo gala, que cualquier información de ese calibre debe, por Ley, ser puesta en conocimiento de la Justicia. Así que, o mintió, o está ocultando intencionadamente la existencia de sobornos. Dos malas opciones.

Esa cuestión tensó la cuerda con el equipo de Gobierno y, a cuenta de una sarcástica valoración del papel de Alonso, acabó protagonizando un enfrentamiento con el vicealcalde, Ángel Ibáñez, que tuvo momentos especialmente subidos de tono a principios de abril. Por ambas partes.

Tras recibir el rechazo del Pleno a su propuesta inicial, la formación magenta encargó recientemente una encuesta en Gamonal sobre la conveniencia del bulevar de la calle Vitoria que determinó que el 87% de los ciudadanos no querían la obra, pero ese paso le valió las críticas no solo del PP, sino además de los comerciantes de Zona G, que habían hecho su propio estudio.

Al inicio de la legislatura, los concejales de UPyD (Alonso, Julián Altable y Rosario Pérez, aunque esta última emplea su tiempo mayoritariamente en la Diputación Provincial) tuvieron el gesto de renunciar al cobro de dietas o donar sus emolumentos en favor de distintas ONG, y cuando la situación económica aún permitía pensar en proyectos, a principios de 2012, llegaron a plantear un tranvía ligero con financiación privada. Pagan cara la falta de templanza de su líder, su inexperiencia en la cosa pública y el no haber sido capaces de revelar algo nuevo bajo el Sol.

Izquierda Unida

La osadía del novato

La contundencia y el trabajo del único edil de IU ha puesto en guardia al equipo de Gobierno... Y a la oposición

Raúl Salinero es el único concejal de Izquierda Unida. Fue elegido casi por sorpresa por su coalición para encabezar la lista en 2011, entró en la Corporación por los pelos y, sin embargo, es posiblemente el edil de la oposición más activo, al menos por su presencia mediática y en la pertinaz búsqueda entre los expedientes.

Todos los asuntos destacados de la legislatura cuentan con una o varias ruedas de prensa o comunicados a su cargo, y algunos casos han sido conocidos por los ciudadanos a través de él. Salinero está mucho más presente de lo que le correspondería proporcionalmente a su representación, y la comparación es llamativa cuando se hace respecto a lo que en la legislatura pasada aportaba Solución Independiente, aun teniendo a José María Peña y Cristino Díez. Quizá por eso es el concejal mejor valorado entre los jóvenes, según reflejó recientemente una encuesta publicada por este periódico.

IU ha sido especialmente beligerante en los casos de Eduardo Villanueva, Santiago González y otros capítulos oscuros que afectan a concejales como Esteban Rebollo o el propio Ángel Ibáñez, su verdadero objetivo político. En ocasiones demostró un conocimiento exhaustivo de los expedientes, pero en otras pecó de imberbe con denuncias chapuceras, como la que archivó la jueza a cuenta de la relación de Rebollo con la UTE que gestiona parte de la flota de buses.

Llamó la atención por lo inusual del caso que recientemente el PP aceptara una proposición de Salinero en la que reclamaba que todas las obras municipales tengan proyecto e informes técnicos, intentando evitar que vuelva a suceder lo mismo que en el intento fallido de acondicionamiento del párking del MEH para ubicar el parque móvil. Precisamente, otra polémica que salpicó a González Braceras.

Cumple con creces para disponer de un solo escaño, pero eso no le da barra libre, de la que en ocasiones hace uso, ni le absolverá del juicio de sus compañeros de oposición. El PSOE ya ha dado muestras de que atacará al representante de las siglas que, dicen las encuestas, podrían dañar seriamente las aspiraciones electorales del por ahora principal grupo de la oposición.