El fuego devora una parte de la memoria de América

SPC
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Un brutal incendio arrasa por completo el Museo Nacional de Río de Janeiro, el más antiguo del país, y calcina más de 20 millones de valiosas piezas de arte, algunas de incalculable valor

educido completamente a cenizas con todo lo que había en su interior: una parte fundamental de la memoria del continente americano. Un enorme y devastador incendio que se declaró en la madrugada del pasado domingo en el Museo Nacional de Brasil arrasó el inmueble de 200 años de antigüedad, calcinando más de 20 millones de valiosas piezas de arte, algunas de enorme valor histórico como el cráneo de Luzia, que se remonta a hace 12.000 años y está considerada como la primera americana. El edificio, inaugurado por el rey Juan VI en 1818, también custodiaba el esqueleto de Maxakalisaurus topai, el mayor dinosaurio encontrado en Brasil, pero no contaba con un sistema de alarma contra incendios adaptado a sus necesidades. 

Las llamas avanzaron con rapidez por las cientos de salas del museo, alimentadas por el material inflamable que albergaba. Pese a la rápida intervención de las 20 cuadrillas de bomberos que llegaron al lugar a los pocos minutos de declararse el siniestro, nada se pudo hacer para evitar que el majestuoso edificio de más de 13.000 metros cuadrados y prácticamente todo su contenido fueran devorados durante más de cinco horas por enormes bocanadas de fuego. 

No obstante, y pese a que se desconocen las causas que originaron el suceso, ya hay quien cuestiona la intervención efectuada dada la envergadura de las llamas y el valor de lo que estaba en peligro. «Es obvio que la forma en la que se combatió no guardó proporción con el tamaño del incendio», denunció el rector de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Roberto Leher. 

«Es un edificio muy antiguo que fue concebido en un contexto en el que no había uso de energía eléctrica», subrayó.