Vino, arte y diseño con mayúsculas. Este maridaje a tres bandas se convertía ayer en protagonista en la zona sur de la provincia de Burgos gracias a la inauguración, por parte del presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, de Espacio Pago de los Capellanes, el proyecto emprendido por la bodega homónima de Pedrosa de Duero con el objetivo de que sus instalaciones se conviertan en lugar de difusión de la cultura, pero no solo de la del vino, sino también de las más variadas disciplinas artísticas.

El resultado ha sido la reconversión de la zona de recepción de visitantes de la elaboradora, cuya decoración está firmada por el diseñador italiano Giorgio Armani, en una amplia sala de exposiciones donde tendrán cabida, prioritariamente, los artistas burgaleses y castellanoleoneses. Se funden en esta área las líneas rectas, que hacen evocar espacios orientales, el minimalismo decorativo de vanguardia con la esencia del clasicismo que impera en la elaboración de los vinos y la estética colorista, innovadora y emocional de los trabajos de los artistas de la tierra. «Queremos aunar nuestra tierra y sus frutos, nuestros vinos con la cultura. Queremos apostar por los artistas jóvenes de Castilla y León para que tengan un escaparate en el que exponer su sensibilidad y creatividad. Con este fin se ha creado el Espacio Pago de los Capellanes», explicaba durante su presentación oficial Conchita Villa, propietaria de la bodega.

El acto de inauguración contaba como padrino de excepción con Juan Vicente Herrera, quien mostraba su satisfacción por participar en un acto como el de ayer, rodeado de numerosas autoridades y amigos, desde el presidente de la Diputación de Burgos, César Rico, y el delegado de la Junta en Burgos, Baudilio Fernández Mardomingo, al presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero, José Trillo, las alcaldesas de Pedrosa de Duero, Juana González, y Aranda de Duero, Raquel González, o representantes del sector vitivinícola. Todo ello en una tarde de primavera cuyas características, auguraba el presidente, permiten esperar una buena cosecha en una de las, a su juicio, zonas más privilegiadas de la comunidad autónoma, en la que el trabajo de los profesionales del mundo del vino han permitido que se convierta en uno de los motores de desarrollo. «Son muchos motivos para la esperanza en un momento de primavera, en un momento objetivo de dificultad en la Ribera del Duero pero siempre con la esperanza de seguir mejorando, de seguir trabajando», subrayaba, antes de desear una feliz cosecha y un feliz maridaje de culturas ya que de ello dependerá «el futuro de la Ribera del Duero, de Castilla y León y de España».

DOS MUESTRAS AL AÑO

La intención, explicaba Carlos Sáez, comisario de esta primera muestra, es celebrar dos exposiciones al año, que de alguna manera puedan estructurarse entre mayo y agosto, la primera, y de septiembre a diciembre, la segunda. Los encargados de romper el hielo han sido dos artistas burgaleses, el pintor Alberto Albor, y la escultora Inés Santamaría, que han roto el blanco y negro que impera en la decoración con un estallido de colores y formas que enganchan al espectador.

La ambientación de la bodega se completaba con el trabajo que la propia escultora ha llevado a cabo con los integrantes de la Asociación Berbiquí, una agrupación sociocultural sin ánimo de lucro que trabaja por lograr la integración de personas  discapacitadas partiendo de la creación artística,  que dieron color a los jardines exteriores de la elaboradora repartiendo más de medio millar de mariposas hechas por sus socios.