Ese bosque urbano que es el cerro del Castillo atesora una flora variada y una no menos curiosa y heterogénea fauna. Varios conductores de la carretera del cementerio han tenido más de un susto y de un sobresalto al ver algún corzo cruzándose en su camino. Pero no sólo estos cérvidos frecuentan el entorno natural de la fortaleza; de un tiempo a estar parte, otros animales también grandes han hecho su aparición: los jabalís. Mientas los primeros son asustadizos y por lo general huyen cuando detectan una presencia humana, el jabalí puede ser peligroso si está herido o se siente acorralado. Aunque su presencia sea todavía puntual y se trate de grupos de animales que están de paso, el hecho de que los jabalís hayan llegado hasta el castillo constituye un problema.Más en la edición impresa.