Torrijas, torrejas o, más fino, tostadas francesas... No está claro el origen de este postre que Promueve Burgos, a fin de sacar lustre al título de Ciudad Creativa de la Gastronomía, quiere popularizar ahora como tapa en los restaurantes burgaleses. Algunos investigadores sobre las cosas del comer apuntan a que esta antigua receta hunde sus raíces en la Roma conquistadora. El caso es que estas rebanadas de pan impregnadas en vino -así fue primigeniamente- o en leche se han convertido en uno de los postres más dulces y exquisitos de la Cuaresma y la Semana Santa en Castilla y León, porque en otras regiones como en Cantabria la tradición se vincula más a la Navidad.El suplemento completo Vinos&Viandas, en la edición impresa o aquí.