Mas 'se burla' del gobierno de rajoy

Agencias
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El presidente regional advierte de que con una Hacienda catalana, la 'Generalitat' podría acabar «prestando» dinero a España

 
Un día después de volver a desafiar al Constitucional y al Gobierno central impulsando, de nuevo, la Ley Exterior, suspendida cautelarmente por el Tribunal de Garantías tras un recurso de Moncloa, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, dio ayer un paso más en su afrenta contra el Estado y el Ejecutivo de Madrid al volver a reclamar una Hacienda catalana. Y lo hizo, además, tirando de prepotencia, al asegurar que si la comunidad tuviera la posibilidad de recaudar los impuestos por su cuenta «igual acabábamos prestando dinero a España». 
En la Sesión de Control al Govern, la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, defendió que, por la mala gestión del nacionalista, «embarcado en un proceso irrealizable», el Gabinete central ha ayudado a sacar Cataluña de la ruina. Visiblemente contrariado, el president replicó a la popular con tono contundente y chulesco: «Estamos cansados de esta canción. No le presten ni un euro más a Cataluña, y que los impuestos los recaude todos el Govern. Se ha acabado el problema. Igual podría darse el caso de que fuéramos nosotros quienes tuviéramos que dejar dinero a algún otro». 
Más allá de la bravuconada de Mas, el tema protagonista de la cita en el Parlament fue la fecha de la cita electoral anunciada hace varias semanas por el líder de la Generalitat. En su momento, el de CiU fijó la cita con las urnas para el 27 de septiembre, pero, en los últimos días parecía haber abierto la puerta a modificar el calendario, sobre todo, en caso de coincidir con los comicios generales, a los que el Gobierno central aún no ha puesto fecha. 
En este sentido, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, se mostró interesado sobre la decisión, «épica y folklórica», según sus palabras, de adelantar las elecciones, pero «ahora nos deja la puerta abierta sobre si se convocan o no». «¿Qué problema hay en que coincidan con las generales? ¿No será que usted tiene miedo de que haya una participación masiva y no gane el independentismo?», le cuestionó Rivera. En su réplica, el jefe del Ejecutivo regional insistió en que los catalanes acudirán a las urnas el 27 de septiembre, aunque incidió en que considera que, en caso de simultaneidad de los comicios, «habrá que sentarse a hablar». «Las generales son elecciones ordinarias, pero las catalanas no, se trata del referéndum que no nos han dejado hacer», enfatizó.
Además, aprovechó para sacar a la palestra las dudas del líder de Ciudadanos sobre si debe o no presentarse como cabeza de lista tanto en las catalanas como en las nacionales: «Quizás usted tiene un dilema personal y no sabe si ser candidato a una cosa, a la otra o a las dos, lo que sería una forma fantástica de desconcentrar el poder y el protagonismo en una formación tan moderna como la suya. Si coinciden las dos elecciones usted tendría que escoger, cosa que todavía no ha hecho».
 
REFERÉNDUM. Mientras, Sánchez Camacho acusó al president de generar inestabilidad política y le advirtió de que el «referéndum es inconstitucional e ilegal», por lo que debería de dejar de «engañar a la ciudadanía» planteando las autonómicas como un plebiscito sobre la independencia.
En su turno de respuesta, Mas reprochó a la popular que mantenga «la misma canción» de antes del 9-N, cuando aseguró que no habría urnas y las hubo, «en contra del Estado», que intentó «hundir» la cita. Para el líder de CiU, que en septiembre haya un plebiscito sobre la independencia no depende de él, ni de Sánchez-Camacho ni de Rajoy, sino «de cuánta gente vaya a votar y vote a favor del ‘sí’».