Van a ser unas Navidades tristes para la familia de Sergio Izquierdo. Los padres dedican todos sus esfuerzos a la recuperación de su hijo, que permanece en una clínica valenciana especializada en daños medulares. Aun así, el progenitor, Vicente Izquierdo, saca fuerzas de flaqueza para agradecer a todos los burgaleses el apoyo y el cariño que les han mostrado en el último año.

«Agradecemos a todos los ciudadanos lo que están haciendo y esperemos que nadie olvide lo que le pasó a Sergio», señala. Reconoce que le han «emocionado» todas las muestras de solidaridad recibidas, desde la campaña de los tapones a la lotería de Navidad. «Porque de los amigos y de la familia esperas ayuda, pero que gente a la que apenas conoces -o con la que ni siquiera has hablado nunca- se vuelque como se está volcando es digno de resaltar», indica.

Sobre el proceso judicial, se mantiene al margen, pues es partidario de que la Justicia siga su curso. Es lo que exigieron en el manifiesto que firmaron a los pocos días del suceso. «Queremos que se haga Justicia, pero no venganza, porque no quieren que «estos hechos tan inconcebibles vuelvan a repetirse y que más corazones y cabezas se rompan».

Tiene esperanza en que su hijo salga adelante y se recupere, «con  paciencia, porque se trata de un proceso largo», según les han informado los especialistas del centro médico valenciano. Lleva cuatro meses y ha experimentado alguna ligera mejoría que a los padres les sirve para no rendirse y no perder la ilusión.

Sergio lleva en Valencia desde el mes de septiembre. Han alquilado un piso en la ciudad y su madre ha estado con él allí estos cuatro meses. Su padre trabaja en Burgos y todos los fines de semana o los días de descanso viaja hasta allí para estar con su familia.