Para la fauna, el Centro de  Recuperación de Animales Silvestre (CRAS) ubicado en Albillos es un moderno y cómodo ‘hospital’ en el que se podrán curar sus heridas, y para los escolares, y en general para toda las sociedad, será un centro de educación ambiental, ya que en él se establecerá un programa encaminado a difundir los valores de respeto y cuidado de la fauna silvestre. En estos dos aspectos incidió el director general de Calidad y Sostenibilidad Ambiental de la Junta, José Manuel Jiménez, en el transcurso de la inauguración del CRAS más grande y moderno de la Comunidad.

Jiménez recordó que la construcción de este centro ha supuesto una inversión de 2,5 millones de euros, que han sido aportados por las empresas Borawind, Eolia, ACS y Collosa, en el marco de los convenios de colaboración suscritos con la Fundación del Patrimonio Natural de Castilla y León, como aportación para contribuir a la conservación del medio natural por parte de los parques eólicos de los que son propietarias.

El CRAS se ubica en una parcela propiedad de la Diputación de Burgos, cedida para esta finalidad,  y en su construcción se ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Albillos.

El nuevo CRAS, gestionado por la Fundación Patrimonio Natural ocupa más de 16.300 metros cuadrados de una parcela de 47.000, lo que permitirá, si se considerase necesario en un futuro, ampliar el centro. El de Albillos es centro de referencia para las provincias de Burgos, Palencia y Soria para grandes mamíferos, y en él se podrán atender deforma simultánea a 100 aves y 25 mamíferos.

En el transcurso de la inauguración a la que asistieron el delegado territorial de la Junta en Burgos, Baudilio Fernández-Mardomingo; el vicepresidente primero de la Diputación, José Ignacio Marín; el diputado provincial de Medio Ambiente, Ramiro Ibáñez; y el alcalde de Albillos, Jesús Ángel Santamaría; así como representantes de las empresas patrocinadoras, Jiménez señaló que el CRAS será atendido por un veterinario, tres auxiliares de clínica veterinaria y un peón de mantenimiento.

En el recorrido por el centro, las autoridades visitaron las distintas estancias y uno de los aspectos más destacados: la zona de voladeros, 17 en total que van desde los 20 metros hasta los más pequeños de 5 metros, lo que permite organizar al equipo veterinario las fases de rehabilitación. De uno de esos voladeros salió el busardo ratonero que, acompañado de 25 alumnos del Colegio Virgen de la Rosa, fue soltado para que ya recuperado y en libertad siga realizando una importante labor en la naturaleza.