El Consorcio de Villalonquéjar refinancia su deuda hasta 2018

Á. M. / Burgos
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En octubre venció una letra de siete millones que no se pudo afrontar por falta de recursos. Los acreedores, Banca Cívica y el ICO, abrieron un plazo de dos meses para dar una solución

Imagen de parte de los terrenos urbanizados con la ampliación. - Foto: DB/Alberto Rodrigo

Las alarmas se encendieron el pasado 3 de octubre. Aquel día venció una letra de siete millones de euros que el Consorcio que gestiona la ampliación de Villalonquéjar (Ayuntamiento y Caja de Burgos) no pudo afrontar porque todavía no se ha materializado la venta de suficientes parcelas industriales como para poder encarar los compromisos financieros.

Los acreedores eran Banca Cívica y el Instituto de Crédito Oficial (ICO), y fueron ellos los que marcaron una moratoria de dos meses para que el Consorcio ofreciera una alternativa a la ejecución del crédito, que obligaría al Ayuntamiento a pagar ese dinero y a recibir a cambio suelo valorado en ese montante que después tendría que sacar a la venta y, por tanto, hacerse la competencia a sí mismo. Un esperpento, vaya.

Ese plazo expiraba a comienzos de diciembre y sí, sirvió para dar con la única solución viable, que no es otra que la de renegociar la deuda ampliando los plazos de devolución y, claro está, los intereses. Intereses que han crecido en un porcentaje que no ha trascendido, pero que a buen seguro encarecerán la operación que ha servido para financiar los más de 100 millones que ha costado ampliar el polígono industrial, que ahora tiene capacidad para albergar más de un centenar de nuevas industrias.

Lo que sí se sabe es el nuevo calendario, pero conviene conocer antes cuál era la situación que se le venía encima a la ciudad con el anterior cuadrante de pago. Hay obligaciones de pago por valor de 95 millones de euros (la cotización actual del suelo creado señala que, si se vendiera todo, los ingresos superarían los 100 millones). Esos pagos había que hacerlos efectivos entre abril de 2012 y verano de 2014, algo imposible al ritmo actual de venta de solares.

Tras la operación de refinanciación, se ha obtenido una carencia (prórroga) de dos años y medio, de forma que ahora se podrá devolver el dinero en letras que vencerán a partir de mediados de 2014 y hasta finales de 2018.

Tanto este Consorcio como el del ferrocarril (desvío y bulevar) han permitido al Ayuntamiento hacer frente a dos obras que por sus respectivos calados económicos (más de 300 millones de euros de inversión entre ambos) no podría acometer bajo ninguna otra fórmula. Sin embargo, son quizás los dos organismos que con mayor violencia han sufrido, y sufren, los efectos de la crisis económica.

En ambos casos se adelanta un dinero por parte de las entidades financieras que se va devolviendo conforme se venden los activos (suelo) con los que cuentan. Y en ambos casos se constituyeron cuando existía una fuerte demanda de suelo tanto residencial (bulevar) como industrial (Villalonquéjar).

Fue especialmente polémica la carestía de suelo industrial, puesto que eso lastraba la llegada de nuevas inversiones a la ciudad. La demanda era tan alta que las peticiones de suelo llegaron a duplicar la oferta, y ese es el motivo por el que los créditos se firmaron a plazos mucho más cortos que los del bulevar. La previsión era haber liquidado todos los activos dentro de dos años. Eso ya no sucederá y ahora cabe esperar la respuesta del mercado hasta 2018.