El PSOE se aleja de Chaves

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El líder socialista, Pedro Sánchez, sugiere que el que fuera jefe de la Junta de Andalucía entre 1990 y 2009 no irá en las listas electorales de las generales por su implicación en el 'caso ERE'

 
Con un pie y medio fuera de la política. Así se encuentra a día de hoy el hombre que durante alrededor de 19 años gobernó Andalucía, Manuel Chaves, que se ha visto salpicado por el escándalo de los ERE en calidad de imputado, a pesar de su aforamiento. Yes que Ferraz tiene muy claro que, tanto él como su predecesor en el cargo, José Antonio Griñán, son un pesado lastre ante las decisivas citas de las elecciones locales, regionales y generales de este año político tan intenso. 
Si el pasado jueves fue el número dos del PSOE, César Luena, el que mostró públicamente sus dudas de que el ceutí volviera a repetir en las listas del grupo progresista («No creo que llegue ese momento»), ayer, su líder, Pedro Sánchez, defendió que su grupo ya ha sido «bastante elocuente» sobre el futuro de Chaves en el Congreso de los Diputados, remitiéndose a las palabras del riojano. 
Dicho esto, el madrileño volvió a insistir en que el Código Ético del su formación es muy claro, al exigir la asunción de responsabilidades ante la apertura de jucio oral, y en el caso de los ERE «se ha endurecido» esa exigencia, fijando en la imputación de algún delito el momento de exigir la dimisión de cualquiera de los afectados.
«El PSOE ha firmado un código ético que dice que se asumen responsabilidades políticas en el momento que haya apertura de un juicio oral, cuando haya un responsable político del Partido Socialista que se siente en los tribunales tendrá que asumir la responsabilidad política y dimitir de sus cargos», sentenció. 
 
ámbito personal. De este modo, reiteró que los socialistas exigirían tanto a Chaves como a Griñán que abandonaran su escaño si el Tribunal Supremo les imputa algún delito. «A partir de ahí, las decisiones personales que se puedan tomar ya corresponden al ámbito personal», añadió al ser preguntado sobre su opinión en lo relativo a la actuación de ambos. 
Ni qué decir tiene que el hipotético abandono del exministro, sumado al ya confirmado del que fuera presidente de la Junta de Andalucía entre 2009 y 2013, daría vía libre a Susana Díaz, la delfina de éste -al que repudió nada más producirse el relevo-, para ser elegida jefa del Ejecutivo sureño, ya que eran condiciones sine qua non de Podemos y Ciudadanos, que son los bloques que están más proclives a facilitar su investidura e incluso a integrarse en el Gabinete regional. 
Conviene subrayar que la dirección andaluza ha sido la que consiguió un avance al lograr la renuncia de Griñán como senador autonómico, el as en la manga que se guardaba para la negociación, ya que su designación se realiza a propuesta del PSOE en el Parlamento andaluz. Después de que Susana Díaz le hiciera llegar a su antiguo mentor su enfado por sus declaraciones sobre el «gran fraude» y le comunicaran que sería sustituido próximamente, el madrileño decidió marcharse. Esa noticia, como una ficha de dominó, trasladó toda la presión a Manuel Chaves, que es sospechoso en otros asuntos turbios, como los relacionados con tratos de favor para sus hijos. 
Todo parece indicar que las horas del exministro de Trabajo están contadas en la primera línea política. A sus 69 años, no deja de recibir presiones por parte de Ferraz para que abandone, por mucho que dijera hace unos días que su situación era diferente a la de Griñán, y explicara que «en el momento oportuno» tomará «una decisión». 
Desde un periódico de tirada nacional se daba por segura la renuncia, si bien habrá que ver cuáles serán las condiciones que el ceutí exigirá para tirar la toalla, dado que su brazo derecho durante un par de décadas, Gaspar Zarrías, que declaró recientemente sobre el caso de los ERE. 
Lo que parece claro es que los tiempos cambian, y los que fueron los subordinados de Chaves en el aparato regional del partido entre 1994 y 2010, le exigen que se vaya, al tiempo que alaban el «amplio sentido de la responsabilidad» de su antecesor en el cargo.