Las victorias o las derrotas condicionan el estado anímico de una plantilla y un claro ejemplo es el Burgos CF, que ayer regresó al trabajo con la moral recuperada tras el empate y la victoria en las dos últimas jornadas. Ahora debe demostrar esa mejoría el domingo ante el líder, el UD Logroñés.
Fede Castaños considera que la transformación del Burgos viene por la mejora general, «tanto en aspectos defensivos como ofensivos. No es que haya cambiado con el sistema, es más bien el nivel del grupo. Lo importante es la actitud y el trabajo de los jugadores, más que el sistema. En ataque hay más confianza y todo va unido».
Esta reacción llegó precisamente tras la derrota ante la Cultural Leonesa: «Fue un partido que nos dolió mucho. Llegaron dos derrotas seguidas en casa y son seis puntos perdidos que vamos a tener que recuperar poco a poco fuera de casa. Estuvimos una semana hablando del tema, le dimos muchas vueltas y sabíamos que no podíamos seguir en esa línea. Esa semana la plantilla estaba trabajando bien y la derrota llegó por unos errores individuales».
Y fue durante esos días cuando Fede Castaños comenzó a ser cuestionado como entrenador del Burgos. Él, sin embargo, dice no preocuparse de situaciones que no puede controlar: «Esas cosas no se me pasan por la cabeza porque en el fútbol no te puedes distraer con esos temas. Estoy seguro de lo que hago, me salga bien o mal, confiado en mi trabajo y en el de los jugadores. No puedo estar pendiente del público, de la directiva... me llevaría malos ratos. Me centro en el trabajo, en los entrenamientos, en el fútbol, que es lo que me gusta».
Y ahora llega el UD Logroñés, líder del Grupo I que se ha ganado la condición de favorito para luchar por el play off. «Oviedo, Murcia y ellos son los tres equipos más potentes a nivel de presupuesto, de club y de plantilla. Luego estamos el resto. El Logroñés tiene un buen equipo, con un juego muy de Segunda B, serio, sabiendo siempre lo que tiene que hacer. Pouso conoce muy bien la categoría y será complicado arañar algún punto, aunque nosotros vamos a ir con todas las ganas y convencidos de poder hacer algo positivo».
El técnico no despeja la duda del sistema que empleará en Logroño, ni si jugará con uno o dos puntas: «Llevamos dos semanas en las que no hemos podido contar con Cristian y Gabri Gómez a la vez. Me gusta que mi equipo sepa jugar con tres pivotes y con dos, que no sea un problema cambiarlo. Pienso en el Logroñés, cómo juega y cómo combatirlo, y la opción de dos puntas puede ser válida».
Sobre el conjunto riojano, lo define como «un equipo que te machaca poco a poco, muy sólido en defensa y con cuatro jugadores arriba muy buenos. Tiene una defensa muy seria, con dos pivotes muy bien situados. Tenemos que tener paciencia, saber sufrir sin balón y cuando lo tengamos, intentar que no nos lo roben, con un juego más combinativo, evitando un partido de ida y vuelta».