El urogallo, en situación crítica

SPC
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Un estudio alerta de la «severa amenaza» del urogallo cantábrico, que cuenta únicamente con 292 ejemplares en toda España

El urogallo, en situación crítica

Tan solo 292 ejemplares de urogallo cantábrico sobreviven en un área de distribución de 350 kilómetros cuadrados de la cordillera Cantábrica. Así lo revelan los resultados de la primera estima poblacional de la especie elaborada por el grupo de trabajo creado tras la declaración del urogallo cantábrico como especie en situación «crítica» y que ayer se presentó en Oviedo. De los casi 300 ejemplares, aproximadamente dos tercios son machos y una tercera parte hembras.

El 79,5 por ciento de los urogallos se encuentra en Castilla y León, distribuidos por las comarcas de Alto Sil y Omaña, y el 20,5 por ciento restante se localiza en la vertiente asturiana, principalmente en el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, mientras que no se han encontrado indicios de presencia en zonas orientales de la cordillera Cantábrica.

Los datos evidencian el estado de «severa amenaza» que atraviesa la especie y la necesidad de reforzar las medidas de conservación por parte de las distintas administraciones, que trabajan ya en acciones sobre el terreno para mejorar la supervivencia de los individuos y en la construcción de un segundo centro de cría en cautividad en León, que se unirá al ya existente en Asturias.

El área de distribución de la especie en primavera, periodo en que se realizó el muestreo, se extiende por aproximadamente 350 kilómetros cuadrados, continuando la tendencia regresiva observada desde las anteriores estimaciones del área de distribución de la década anterior. El escaso número proporcional de hembras es igualmente síntoma de una población con problemas de conservación, lo que a su vez evidencia la mayor vulnerabilidad de estas a las amenazas existentes y el condicionamiento que ello tiene sobre la mejora de los parámetros de productividad y crecimiento poblacional, según informa Ical.

Esta estima poblacional se ha desarrollado con una metodología de muestreo y análisis estadístico empleada previamente para otras especies amenazadas, como el oso pardo o el lobo, a través de técnicas genéticas de individualización. Los trabajos de campo se concentraron entre abril y junio de 2018.