Pese a que el número de parados continúa aún en cifras muy elevadas, el Servicio Público de Empleo de la Junta de Castilla y León (Ecyl) volverá a reducir su aportación económica a los cursos de formación para desempleados que arrancarán este mes de noviembre. Según el propio organismo, se prevé dedicar a este fin 4,1 millones de euros, 254.000 menos de los que  se destinaron durante el curso 2013-2014. Esta reducción presupuestaria del programa que se desarrollará en la provincia de Burgos también tendrá efectos en el número de alumnos que se podrán beneficiar de ellos, que descenderá de los 1.915 a 1.779. Es decir, 136 menos.

A la espera de que se concreten los cursos que se impartirán desde este próximo mes hasta julio de 2015, el gerente del Ecyl esboza las líneas hacia donde se orientará el programa de formación. Para ello, se han fijado en la Estrategia de Activación para el Empleo que se publicó el pasado mes de septiembre en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y en el que se reflejan los sectores con mejores expectativas para incorporar a nuevos trabajadores al mercado laboral.

Entre las actividades que se definen «sin buenas perspectivas» se habla de la construcción y del comercio, pero en ambas se ven posibilidades para poder trabajar y de ahí que algunos de los 123 cursos que se impartirán se vaya a fijar en ellos. En el caso del ladrillo se observan posibilidades de dar empleo en la parcela que tiene que ver con la rehabilitación y con la eficiencia energética.

En el comercio, más que abrirse opciones en la contratación, la formación debe ir encaminada hacia donde se cree que hay futuro: el autoempleo y el emprendimiento. Aquí se destacan las posibilidades que ofrecen las «franquicias solventes». El estudio, elaborado con datos estadísticos y con la opinión de expertos nacionales y provinciales, también destaca el reto que supondrá la reposición de los trabajadores de este gremio, sobre los que destaca que en un alto porcentaje tienen una edad elevada.

MEJOR SITUADOS

Sobre las actividades que muestran indicadores positivos, se enfatizan las relacionadas con la salud y la calidad de vida. Y aquí, las posibilidades que se ven se centran en las iniciativas privadas, «ante el retroceso de la pública». También se menciona que se está produciendo una recuperación del sector de la automoción  y de la industria del calzado y el textil. En este último caso se advierte una mejoría, pero no para regresar a los niveles anteriores a a crisis.

De lo que no se olvidará la programación de Ecyl es de aquellas actividades que destacan porque han «resistido a la crisis» al esperar de ellas que puedan generar puestos de trabajo. Se trata del sector agroalimentario, de las nuevas propuestas de turismo (de naturaleza, congresual...) y de las empresas que ofertan servicios añadidos en tecnología, informática y sobre las finanzas. También se ven con fuerza a las compañías químicas y farmacéuticas.

A estos 4,1 millones que se destinarán a los cursos de formación en la provincia de Burgos habrá que añadir otro tipo de actividades y talleres para los que se aportará, en la línea con años anteriores, más de un millón de euros.