Coro Ars Nova, en torno a Santa Teresa

Enrique García Revilla
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El profesor burgalés Francisco Javier Sariot concibió la interesante y atractiva idea de un espectáculo escénico-musical en torno a la figura de Santa Teresa y la música de Tomás Luis de Victoria, ambos abulenses, para ser interpretado en el Teatro Principal de Burgos. Se trata tal vez de un experimento en cierto modo insólito, pero no cabe duda de que la ovación del público a todos los participantes constituye la mejor recompensa a la cantidad de horas de trabajo que se han invertido en el proyecto.  
El programa de mano sirvió de introducción generosa al universo de la Santa y a los textos que hilaban el guión del espectáculo. El coro Ars Nova, del que no cabe duda que tras este concierto ha crecido en lo artístico, con la dirección de Nacho Rodríguez, cumplió una notable actuación en el complicadísimo repertorio de Tomás Luis de Victoria, de una belleza frágil y delicada como el cristal. Sus intervenciones se intercalaron entre los fragmentos hablados, otorgando a la música el valor meditativo de los coros de la antigua dramaturgia griega.
Actuando desde el fondo de la escena, cedió el primer plano a la actriz monologuista, Ana I. Roncero, que se enfrentó a un extensísimo y complejo papel integrado por textos del Cantar de los Cantares y del Libro de la vida de Santa Teresa, sabiamente escogidos para conformar un guión coherente y dramático. Destacó especialmente, por su grave expresión, en su última intervención, con los célebres versos «que es mi Amado para mí, y yo soy para mi Amado», arropada en la escena por una prenda oportunamente profusa en pliegues, a la manera de las esculturas sobre escenas místicas de Bernini.
Con la ambientación sonora en torno a la escena barroca de Yolanda Alonso al virginal, fue aquel el momento en que los textos cobraron más fuerza y sentido de toda la interpretación.  Todos los fragmentos tan cuidadosa y acertadamente escogidos, poseen un enorme potencial expresivo que hacen que cualquier dramatización, por sencilla que sea, pueda parecer sobreactuada, pues los textos religiosos saben, por definición y por naturaleza, prescindir de la escena y erigirse en obras de arte por sí solos. Excelente trabajo el de la actriz en el complicado papel de dar voz a dichos textos. Destacable e imprescindible el ensamble instrumental en su labor de apoyo y empaste para las voces. 
Aplaudimos, pues, esta aportación burgalesa a las celebraciones del quinto centenario de Santa Teresa, escritora exquisita, cuya obra literaria ha sido de este modo divulgada un poco más, formando parte esta vez de un espectáculo literario-musical.