Un refuerzo a la seguridad

r. travesí / burgos
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Las obras de consolidación en la Plaza de Toros dejan a la vista las mejoras con nuevos pilares y la retirada de elementos con riesgo de desprendimiento • Concluirán antes del 17 de junio

Una quincena de refuerzos bajo el graderío. / - Foto: Jesús J. Matías

 
Seguridad, seguridad y más seguridad. Es la palabra más escuchada durante el recorrido por las obras de consolidación de la Plaza de Toros. Y lo corrobora el vicealcalde, Ángel Ibáñez, al apuntar: «No busques el enfoque estético porque aquí prima la seguridad». Por si quedaba alguna duda. Todo para que el coso de la capital pueda acoger con garantías un espectáculo público como la celebración de la feria de toros de estos Sampedros.
Los trabajos, que acomete la empresa Construcciones Ortega, transcurren según lo previsto y estarán finalizados para el próximo 17 de junio. Es decir, quedan dos semanas, aunque el grueso de las deficiencias que detectó el proyecto de la Universidad de Burgos ya está solventado.
Un paseo con los técnicos municipales y de la Escuela Politécnica deja claro que ha habido una importante labor de saneamiento de los elementos estructurales de hormigón, clave para soportar el peso de los aficionados. También se han retirado los trozos que estaban desconchados y con riesgo de desprendimiento, tanto en el interior como el perímetro exterior. «El tema no es que el edificio se viniera abajo sino que algún cascote cayera desde una altura sobre alguna persona», apunta uno de los técnicos que nos acompaña durante la visita.
El mal diseño de la Plaza de Toros y el abandono en todos estos años de la infraestructura han generado la pérdida de protección del hormigón, que ha habido que sanear. El principal problema ha sido la recogida de agua, sin canalizaciones, que ha filtrado todas las humedades a la estructura y a los comientos. 
Una de las actuaciones más visibles y que dota de seguridad a la maltrecha estructura ha sido la colocación de vigas de hierro en los dinteles del pase a los vomitorios. Se han instalado en todos salvo en uno, que estaba en buen estado. De esta manera, se refuerza esa zona de los tendidos, que soporta el peso de los espectadores. 
«No era normal que antes de la celebración de cada feria se barriera el recinto y aparecieran cascotes de hormigón que se habían caído de un año para otro. Y eso era fruto de las humedades que afectaban a la estructura», precisa un ingeniero municipal.
Muchas de las columnas de hormigón cuentan con refuerzos metálicos y la bóveda de ladrillo ha sido revisada y pintada en los lugares deteriorados. El mal estado de una de las vigas obligará a colocar una zapata para reforzar un pilar, que no estaba previsto en el proyecto inicial. La última consolidación data de 1994, cuando se colocaron unos tirantes para sostener la estructura. Desde entonces, casi nada.
Nos adentramos en las ‘tripas’ de la plaza y vemos que ya se ha colocado una quincena de puntos de refuerzo bajo el graderío, sobre todo en los tendidos 3 y 4. Además, hay puntales de hierro bajo toda la zona de la barrera. También, aunque parezca mentira, se ha canalizado una salida de aguas del bar que antes iba a parar a los cimientos, que se encharcaban.
Otra de las mejoras, que fue una de las primeras que acometió la Brigada Municipal de Obras, ha sido completar con cemento los peldaños más deteriorados. Así, se evitan posibles caídas o resbalones. En la actualidad, Construcciones Ortega tiene a 18 operarios, a los que se suma otros 6 de mantenimiento del Servicio de Instalaciones Deportivas.
La poca pintura que se ha aplicado es a la entrada de los vomitorios, que da acceso a los tendidos, aunque no solo responde a un aspecto estético. Antes de aplicar la pintura, se procedió a picar todo el cemento suelto. En el paseo, es apreciable allí donde se ha trabajado porque el cemento tiene una tonalidad más oscura. Es, en concreto, un mortero especial para reconstrucción.
Una plataforma elevada recorrió todo el exterior para picar todos los elementos que estaban sueltos. No en vano, la caída de un cascote (por pequeño que sea) desde una altura de 13 metros puede provocar algún herido. 
La última fase de las obras en la Plaza será el arreglo de las puertas que lucen algunos agujeros, con la colocación de pletinas de metal y chapas de refuerzo. Aquí, se ha optado por no pintarlas por su elevado coste.
Tres cuartos de hora dura la visita a la Plaza de Toros pero hay una cosa clara que destacan todos los técnicos: «Nunca va a estar más segura que para esta feria». Entre otros motivos, porque el tiempo que dure la feria habrá una monitorización de los tendidos para analizar su comportamiento antes, durante y después de cada corrida. «Gracias a un reloj analógico comparador comprobaremos si ha habido movimientos fuera de lo normal», explica uno de los ingenieros de la Universidad de Burgos. Esa fue una de las exigencias de los redactores del proyecto por si fuera necesario reparar o reforzar alguna pieza durante esa semana. 
Pero sigue en pie de que, con estas obras de consolidación, no se garantiza la seguridad estructural de la plaza para la celebración de espectáculos públicos posteriores. Los ingenieros insisten en que está claro que las labores ejecutadas en las últimas semanas tienen un «carácter eventual y provisional». Es decir, que de querer celebrar más festejos se requieren de obras más profundas pero parece, tal y como dijo el alcalde la semana pasada, que la decisión está tomada y que el derribo de la Plaza de Toros de Burgos se producirá a finales de año. 
Hay muchas dudas entre algunos técnicos de que en seis meses pueda tirarse, desescombrar y construir una nueva para llegar a tiempo a los festejos de 2014.