El primer análisis de ébola de Justino Izquierdo es negativo

DB / Agencias / Burgos
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El enfermero y fisioterapeuta, natural de Villayerno Morquillas y jubilado hace cinco años, volvió a Liberia en agosto a participar en la reapertura del hospital de San Juan de Dios

En su casa de Villayerno Morquillas, Jesús, hermano de Justino, muestra una foto del misionero. - Foto: Alberto Rodrigo

El primer análisis de ébola practicado al burgalés Justino Izquierdo, misionero de la Orden de San Juan de Dios, que viajó a Liberia a finales de agosto ha sido negativo.  Así lo confirmó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que recordó también que la única afectada por el virus en España, la auxiliar de Enfermería Teresa Romero, está «en situación estable con una ligera mejoría».

Como se recordará, Izquierdo, natural de Villayerno Morquillas, fue ingresado en el Complejo Hospitalario La Paz-Carlos III al presentar fiebre por encima de 37 grados tras volver del país africano adonde había viajado a finales de agosto a intentar poner en marcha el hospital que San Juan de Dios tiene allí pues en todo el país no había quedado abierto ningún centro sanitario.

Fuentes de Juan Ciudad, la organización no gubernamental vinculada a la orden, afirmaron que el religioso «está considerado un paciente de bajo riesgo, al no haber estado en contacto con enfermos de ébola, dado que el  Hospital San José de Monrovia, donde estaba alojado, se encuentra cerrado desde agosto». Por otro lado, precisaron que, siguiendo lo que indica el protocolo, fue llevado directamente al Carlos III  «sin haber sido ingresado ni atendido previamente en ningún otro dispositivo sanitario».

Este periódico ha podido saber  que durante su estancia en el país africano Justino Izquierdo, que es enfermero y fisioterapeuta, se dedicó únicamente a labores burocráticas y de contacto con el gobierno de Liberia con el objeto de que la función sanitaria que San Juan de Dios lleva años prestando en el país pudiera continuar.

El misionero había vuelto hace cinco años a Burgos tras décadas de trabajo en África y desde entonces formaba parte de la comunidad de San Juan de Dios en la ciudad, que habita una vivienda junto al centro sanitario del Paseo de la Isla. Según sus compañeros, goza de buena salud. La comunidad  se mostraba ayer tranquila por las noticias que iban llegando sobre su estado tras el ingreso.