«Seré la 'trotaministerios' para que proyectos pendientes puedan cuajar»

Ana Ramos / Burgos
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«No ha sido la causa primera ni la principal, pero mentiría si dijera que no ha influido para nada (la mala relación con el vicealcalde Ángel Ibáñez) en mi marcha»

Gema Conde saliendo del Salón de Plenos. - Foto: Luis López Araico

Ya ha pisado el que será su nuevo centro de trabajo: el Congreso. Fue el pasado 28 de noviembre con motivo de su acreditación como diputada y lo hizo acompañada del que ha sido su jefe en el Ayuntamiento durante ocho años: Juan Carlos Aparicio. Está a punto de cerrar su etapa municipal de la que se siente muy satisfecha, aunque también ha tenido sinsabores que -reconoce- han influido en su decisión de cambiar de aires.   

El próximo viernes, en el Pleno, dejará su acta de concejala para dar su paso al Congreso. ¿Le quedan muchos cabos por atar en el Ayuntamiento?

A excepción del martes 13, que es el día en que tomaré posesión  como diputada, toda la semana la tengo repleta de actividades relacionadas con el Ayuntamiento. Hasta el último día voy a ejercer de concejala; y lo haré con gusto.

¿Se va con pena?

Sí, sobre todo por dos motivos. En primer lugar por el alcalde, Javier Lacalle, que también es amigo, y a quien deseo mucha suerte esta legislatura. Aunque él sabe que donde yo esté va a poder contar conmigo. Y en segundo término, por los empleados públicos con los que durante estos 8 años he tenido la oportunidad de trabajar. Lo digo porque, a veces, los funcionarios están denostados públicamente y yo he tenido la suerte de trabajar aquí con gente extraordinaria. A este respecto, me gustaría hacer una referencia especial hacia la jefa del servicio de Personal, Cristina Dalmau, porque si el puesto de la concejala de Personal es ingrato, el suyo lo es aún más. En mi caso, me ha tocado decir muchas más veces no que sí, pero ella hace eso mismo y con sus compañeros. Y eso es muy duro.

No ha aludido a sus compañeros del equipo de Gobierno...

En este tiempo he tenido, además de compañeros, amigos. A ellos les agradezco asimismo que hayan estado conmigo no sólo en los buenos momentos, que es lo más fácil, sino también en los malos. En otras ocasiones he dicho que en política los amigos se cuentan con los dedos de una mano y es así.

Hay quien critica que se marche después de haber asumido su compromiso de ir en la lista de Javier Lacalle.

Mi caso no es el primero ni el último. También varias procuradoras en las Cortes regionales -por ejemplo de Segovia y Salamanca- van a irse al Congreso o al Senado. En todo caso, mi compromiso lo tenía con Lacalle y ante el ofrecimiento que me hicieron, sólo dos cuestiones podrían haberme hecho rechazarlo. Una, la negativa del alcalde. La otra, la de mi familia. Creo que defender los intereses de Burgos en la ciudad es importante, pero hacerlo en Madrid, también.

Se ha referido a su designación para la lista al Congreso asegurando que le hicieron un ofrecimiento. ¿Quién, en qué términos y en qué contexto?

Hay quien dice que fue una sorpresa que yo me fuera y otros piensan que no lo era tanto porque se venía hablando de ello en distintas ocasiones. El ofrecimiento formal y la respuesta se produjeron tras el verano, aunque con anterioridad -muchos meses antes- es cierto que se venía hablando de ello en la dirección del partido. Sólo hay tres personas que conocen la sucesión de los acontecimientos: Juan Vicente Herrera, César Rico y Javier Lacalle. En ellos estuvo la decisión final y yo voy a dejar que este secreto se mantenga.

Si se había hablado hace muchos meses, ¿por qué se le incluye en la lista al Ayuntamiento?

Son decisiones de partido y hay que respetarlas.

¿En esa decisión ha influido su mala relación con el vicealcalde Ángel Ibáñez?

No ha sido la causa primera ni siquiera la principal, pero mentiría si dijera que no ha influido para nada. En todos los partidos hay distintas sensibilidades, formas de ver y entender la política, y lo que he aprendido en estos años es que la ambición desmedida no es ni será nunca mi camino a seguir en política. También quiero decir que el ofrecimiento era difícil de rechazar, suponía un reto y una responsabilidad y también cierta incertidumbre porque conseguir el tercer diputado era complicado.

Ibáñez y usted forman parte del núcleo duro del alcalde, al igual que en las dos legislaturas de Aparicio. Sin embargo, Lacalle le ha otorgado a Ibáñez el cargo de vicealcalde, portavoz y las áreas de Fomento e Instalaciones Deportivas. ¿Empeoró esa decisión su relación con él? ¿Cree que se le ha dado excesivo peso dentro del equipo de Gobierno?

Es una decisión del alcalde y como todas debe ser respetada. El tiempo dará o quitará razones. Al final todos somos un equipo y lo importante, independientemente de que haya distintas sensibilidades o más afinidades con unas personas que con otras, porque esto ocurre en todos los equipos, es que el objetivo que se persiga sea común.

¿En algún momento de estos  años se ha llegado a sentir sola dentro del equipo de Gobierno?

Sola, sola... es complicado; afortunadamente siempre hay alguien, aunque sean pocas personas.

Ha trabajado con dos alcaldes: Aparicio y Lacalle. ¿Con cuál se queda?

Es una pregunta muy difícil de  responder. Tengo mucho aprecio tanto desde el punto de vista personal como político a ambos. Aparicio es mi padre político y Lacalle, aparte de compañero durante dos legislaturas, es amigo. Para mí Javier es como de la familia.

Bueno, pues reconozca una virtud y un defecto de cada uno.

Aparicio es extremadamente amable y muy culto; sabe de todo. Respecto a Lacalle, es muy trabajador. Y como buen Leo es muy constante y peleón.

¿Y los defectos?

No soy nadie para decirlos; me resulta complicado. En cualquier caso, todos tenemos defectos.

¿Qué momento ha sido el más duro de su trayectoria municipal?

El día del atentado de ETA contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil y especialmente los minutos que estuvimos allí esperando hasta que nos confirmaron que no había fallecidos. Y también dos días después, cuando aterrizó en Villafría el avión con los restos del guardia civil Carlos Sáenz de Tejada. Aún se me pone la carne de gallina al recordarlo.

¿Qué le hubiera gustado dejar finiquitado y no ha podido ser?

Haber dejado negociado un acuerdo de funcionarios, igual que llegué a acuerdos con Policía Local, Bomberos y la equiparación de licencias y permisos con los laborales. No obstante, hay una parte negociada.

En el área de Personal, la  decisión de despedir a 30 interinos ha creado gran malestar en el Ayuntamiento. ¿No había otras alternativas?

No debemos olvidar que el sueldo de los empleados públicos lo pagamos todos con nuestros impuestos y el Ayuntamiento no es un ente que se pueda abstraer de la crisis. En este sentido, las transferencias que percibía de otras administraciones como el Gobierno regional y del Estado sabemos que se van a recortar. Si a eso le añadimos que en determinadas secciones el volumen de trabajo ha descendido, entiendo que hay que tomar decisiones de este calado. Y no solo para los interinos; en otros casos hay plazas que están vacantes, que hay que presupuestar por si en algún momento alguien apuesta por cubrirlas, por lo que es mucho mejor eliminarlas.

En lo que llevamos de legislatura se ha criticado mucho que se haya incrementado el número de concejales con dedicación exclusiva pasando de 3 a 7.

La Ley de Grandes Ciudades permite crear también un coordinador general y un director generales por cada área de Gobierno de las cinco que hay; y la decisión ha sido no crearlos.

¿Y la opción de reducir los sueldos de los cargos de libre designación?

En las últimas sentencias que ha recibido este Ayuntamiento nos  obligan a que si queremos variar los complementos específicos de los sueldos -tanto subirlos como bajarlos- debe mediar previamente una valoración del puesto de trabajo. Si no, las organizaciones sindicales lo recurrirían y los tribunales les darían la razón. La única manera de hacerlo sería a través de una ley.

¿Y es imprescindible cubrir los puestos de gerente del Servicios Sociales o del Samyt?

Habrá que valorar en cada caso qué tienen que gestionar. El o la gerente de Servicios Sociales gestiona más de 20 millones de euros y creo que está más que justificado ese puesto.

¿Y no hay suficientes técnicos para hacer ese trabajo?

En la Gerencia de Servicios Sociales hay mucho personal, pero nadie está mirando. Cuando se ha decidido que se puede hacer una reorganización, se hace. De hecho, algunos de los 30 puestos de interinos que se van a amortizar   son de Servicios Sociales.

¿Y el del Samyt?

Ese caso lo conozco con menos detalle porque el concejal de Personal del Ayuntamiento no lo es de los servicios municipalizados. 

Cuando un funcionario viene a su despacho y le pide que le explique porqué a él le van a despedir mientras que se ha aumentado el número de concejales con dedicación exclusiva. ¿Qué le argumenta?

En las negociaciones que he mantenido con las organizaciones sindicales y en las que han comentado también este asunto, les he ofrecido también la posibilidad de  reducir los salarios a cambio de suprimir puestos de trabajo. Lógicamente, los sindicatos me han dicho que no. También les he planteado alguna vez el tema de los liberados sindicales -si todos los que hay son necesarios- y de las horas de trabajo.

¿Usted comparte el aumento de dedicaciones exclusivas?

Ésa es una decisión de equipo de Gobierno y mi capacidad de decisión en estas cuestiones es nula.

¿Nula?

Es el alcalde quien debe tener la capacidad de decidir cómo quiere estructurar su equipo de Gobierno.

¿Qué consejo le da a su sucesora en Personal, Carolina Blasco?

Como he dicho antes ser edil de Personal es un puesto muy ingrato y complicado. Por eso, le aconsejo que tenga mucha paciencia;si no la tiene, la va a ejercitar mucho en los próximos años.

¿Con quién la va a ejercitar más, con la oposición o con los sindicatos?

Con ambos y también con los trabajadores del Ayuntamiento.

¿Y a Salvador de Foronda, que va a tomar las riendas de Policía Local y Bomberos?

No me cabe duda de que es una persona que sabe escuchar, pero el consejo que le doy es que se deje asesorar por los magníficos profesionales que hay tanto en la Policía Local como en Bomberos y Protección Civil.

Sobre su elección como diputada, el alcalde dijo que quería que ejerciera de concejala número 16.   ¿De qué manera va a defender los intereses de Burgos?

Voy a defender los intereses de la capital y la provincia y mi compromiso tanto con la dirección del partido como con el alcalde y con mis compañeros de la provincia es pelear por todos los proyectos que están pendientes en cuanto esté constituido el nuevo Gobierno. Seré la ‘trotaministerios’ y estaré encantada de hacerlo para que proyectos pendientes puedan cuajar. Para ello, lógicamente los contactos que ya tienen Sandra Moneo y Aparicio, serán muy útiles. Ésta será una labor de equipo. Además, hay que tener en cuenta la oportunidad que supone el hecho de que por primera vez el PP gobierne a la vez en el Ayuntamiento, la Junta de Castilla y León y el Estado.

Ya disfruta de los privilegios de ser diputada. ¿No cree que con la que está cayendo habría que cambiar situaciones como que estén cobrando desde el día siguiente de las elecciones, que puedan disponer de 3.000 euros anuales para poder gastar en taxis o vuelos gratis, por citar tres ejemplos?

Hay que tener en cuenta que algunas son herramientas de trabajo necesarias. Pero además, el problema no está en poder disponer de esto, sino en el uso que se haga de ello. Y entiendo que la mayor parte de los diputados hacen ese uso racional.

¿Está segura?

No podría poner la mano en el fuego porque aún no estoy allí y tendría que verlo.