El Real Madrid derrotó ayer al Liverpool de manera categórica, rompió el maleficio ante uno de sus verdugos de Europa y se encamina al clásico ante el Barcelona con la moral por las nubes.

El bloque de Carlo Ancelotti celebró el primer triunfo de su historia contra el conjunto británico y ofreció una clase de fútbol maduro y electrizante en el mítico estadio de Anfield. Además, se consolida como el líder del Grupo B con nueve puntos y, a falta de la segunda vuelta, dejó prácticamente asegurada la primera plaza.

Aún sin Gareth Bale ni Sergio Ramos en el once inicial, el equipo español logró mantener el alto nivel futbolístico. Ahora se encaminará al clásico del sábado ante el Barcelona con una imagen mucho más prometedora que el equipo de Lionel Messi y compañía.

Un doblete de Benzema y un nuevo tanto de Cristiano Ronaldo sirvieron para que el Real Madrid se impusiera con comodidad y para que se confirmara como uno de los grandes candidatos al título, junto al Bayern de Múnich.

Cristiano se mostró imparable otra vez: anotó por noveno partido consecutivo entre choques de Liga y Champions y se quedó a un tanto del récord de 71 goles de Raúl como máximo anotador histórico de la competición europea.

Adiós al gafe. El luso se desquitó y marcó el primer gol de su historia en Anfield. Durante las seis temporadas disputadas en el United jamás había podido anotar en el estadio del Liverpool.

Ancelotti no desacomodó demasiado el dibujo táctico de las últimas semanas. Colocó nuevamente a Isco sobre la izquierda del mediocampo y el exjugador del Málaga resultó determinante en las transiciones ofensivas.

La paridad en el juego apenas duró 20 minutos. Una vez que el Real Madrid colocó sus piezas en la presión sobre el campo rival, el Liverpool se quedó sin herramientas para visitar el área de Casillas.

El primer gol fue producto de un pase mágico del colombiano James Rodríguez y una definición oportunista de Cristiano que sorprendió a Simon Mignolet.

Poco después, la escuadra de Chamartín sentenció la historia con dos jugadas letales justo antes del descanso: dos centros al área que la defensa local se enredó al intentar despejar fueron capitalizados por Benzema, quien ofreció nuevas muestras de su repertorio y anotó con clase.

Ya en la segunda mitad y con el resultado definido, Brendan Rodgers pateó el tablero y quitó a Mario Balotelli en el descanso, pero el revulsivo no rindió sus frutos.

El Real Madrid defendió con personalidad la ventaja y Ancelotti hasta se dio el lujo de dar descanso a su mejor jugador, Cristiano Ronaldo, que fue sustituido por Khedira a falta de 15 minutos para el final del partido.