El incremento del poder adquisitivo de Barcelona y Real Madrid, fundamentado básicamente en el reparto de los derechos televisivos (y en sus masas sociales), tiene un lado peligroso: no tienen permiso para perder. Ni siquiera en una situación angustiosa como la que atraviesa el equipo, plagado de lesiones (algunas de ellas tan decisivas como las de Leo Messi y Andrés Iniesta); ni siquiera teniendo en cuenta el castigo de la FIFA que le impide incorporar jugadores hasta el mes de enero (Rafinha se lesionó de gravedad y Arda Turan, en la recámara, no puede ocupar su puesto); ni siquiera, entrando en la particularidad del encuentro de este fin de semana, asediando la portería del Sevilla, obligando a Rico a convertirse en el héroe del partido, estrellando tres balones en los postes... Son atenuantes que permitirían a cualquier otro equipo mirar con el gesto retorcido hacia la grada y encontrarse ahí a una hinchada que sabría perdonar. Hay días y etapas en las que no sale nada...
Pero esto no funciona así en ‘Can Barça’. El aficionado entiende que un equipo con Suárez, Neymar, Piqué, Rakitic, Mascherano, Bravo, etcétera, tendría que haber sacado los tres puntos ante un cuadro andaluz que también comparecía con numerosas bajas. No hay perdón ni permiso, ni siquiera frente a semejantes circunstancias: son clubes que trascienden desde hace tiempo el concepto histórico de ‘equipo grande’. Son colosos que solo pueden sonreír en la victoria... y a veces, ni siquiera con ella:están moral y económicamente obligados a ser siempre sublimes.
Por este mismo motivo, la afición del Real Madrid también tuerce la cabeza hacia un lado. No le gusta lo que ve. El plan de Benítez estuvo cerca de salir a la perfección:un gol tempranero y a defender. Como si no tuviese otro libreto, el equipo blanco venía de una de esas victorias horribles en Suecia y afrontaba el derbi con los temores que provocan la estampa cada vez más hundida de Cristiano Ronaldo, por muchos récords que coleccione. Como si la ausencia de Messi le afectase (porque desde hace seis años su pique personal se ha convertido en la mayor alegría de cualquier aficionado neutral), el portugués está desaparecido en este equipo de nómina gigantesca y juego ‘pequeñísimo’. Por suerte para Benítez, Benzema está enchufado: el francés marcó su sexto gol de la temporada y obligó al Atlético a reconvertirse en ataque (Vietto y Jackson por Correa y Torres) para rescatar un punto en los últimos instantes.
Cómo estará el torneo que el Villarreal, incluso encajando su primera derrota liguera del año, mantiene el liderato...