La enseñanza pública absorbe la mayor parte del incremento de alumnos

R. Travesi / Burgos
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Los estudiantes matriculados en colegios privados y concertados de la provincia aumentan un 2% desde el año 2007 frente a la subida del 7% en la escuela y los institutos gratuitos

Imagen de un grupo de alumnos a las puertas del Instituto de Enseñanza Obligatoria Diego Porcelos, en la capital burgalesa. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

La crisis está presente en todos los ámbitos de la vida y también en la educación. El poder adquisitivo de las familias ha caído en los últimos años y eso ha influido en los gastos que realizan, con recortes hasta entonces imprevistos como la educación de sus hijos. Una de las lecturas de la actual situación económica es el trasvase de los alumnos de la enseñanzaa privada-concertada a la pública. Es la conclusión que se llega tras el análisis de los datos de las matrículas en las enseñanzas de régimen general en la provincia de Burgos. La mayor parte del incremento de los alumnos, experimentado entre 2007 y 2013, fue absorbido por los centros públicos.

Según datos de la Consejería de Educación, Burgos contaba en 2007 con 19.800 alumnos matriculados en Infantil, Primaria, Bachillerato y ciclos formativos de Formación Profesional en colegios privados y concertados. Cinco cursos después, la cifra aumentó hasta los 20.226, no llega a 500 más, lo que significó una subida del 2%.

Frente a estas cifras, está la opción pública que sigue siendo mayoritaria y que, aemás, acapara los alumnos que salen de centros del ámbito privado. Pasa, en ese mismo periodo, de 31.223 a 33.645, cerca de 2.500 más, lo que se traduce en un incremento del 7,7%.

La suma de todos ellos da como resultado que el alumnado matriculado en las enseñanzas de régimen general (con la exclusión de la Educación Infantil del primer ciclo, que no es obligatoria y corresponde a las guarderías) en este curso es de 55.273 niños y adolescentes de toda la provincia.

Hasta la fecha, el trasvase de alumnos era más palpable en Bachillerato. Era algo lógico porque estudiar los dos cursos previos a la Universidad en un centro concentrado es mucho más caro. Mientras en un instituto público solo hay que abonar las tasas oficiales por la matrícula, elegir uno colegio religioso puede costar hasta 2.600 euros por cada curso escolar. Un desembolso al que hay que añadir otros gastos como los libros, las actividades extraescolares, uniforme o chandal obligatorio, entre otros.

No es extrañar, por ejemplo, que algunos concertados de la capital hayan perdido una veintena de alumnos de este ciclo cada año por motivos económicos. El traslado de expedientes tiene como destino institutos como el Diego Porcelos, Pintor Luis Sáez y López de Mendoza. Incluso, alguno de ellos no puede satisfacer todas las solicitudes y acumula lista de espera, algo impensable hace unos años. La educación concertada está presente en las localidades con más población y se reparte, sobre todo, entre Burgos, Aranda y Miranda. Es algo inexistente en los pequeños municipios.

Las estadísticas también constatan esta tendencia. En la actualidad, hay 3.237 alumnos que cursan Bachillerato en institutos públicos. Son 59 más que en 2007. El aumento no es importante pero sí es considerable la caída de estudiantes en los concertados, que ronda los 300 adolescentes. Es decir, que el 71% de los alumnos de primer y segundo de Bachillerato está en la educación pública y gratuita. Son 4 puntos más que al inicio de la crisis económica.

Este porcentaje baja en el caso de la Educación Primaria, donde el 62% de los padres eligen la escuela pública. En esta etapa también se ha notado el traslado de alumnos de una opción a otra. En los últimos cinco años, la Primaria en centros de la Junta de Castilla y León en Burgos ha aumento en cerca de 500 niños hasta los 12.044 matriculados y los colegios concertados, apenas un centenar, hasta los 7.200.

La cosa está más pareja en los ciclos formativos de FP, de grado medio, donde el número de alumnos es muy similar entre centros públicos (1.509) y privados (1.467), aunque cambia en el superior (1.623 frente a 1.049, a favor de la educación gratuita). Lo que está claro es que la Formación Profesional se ha convertido en una opción con peso, porque los matriculados han aumentado, entre 2007 y 2013, un 25%.

El incremento de los alumnos en los últimos años ha motivado que el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Castilla y León (STECyL) haya denunciado el «desequilibrio» de los recortes entre la educación pública y la privada en la Comunidad Autónoma. Esta organización calcula que la primera ha perdido en este curso un millar de profesores frente a los 30 de la concertada. De ahí, que el portavoz del sindicato, Pedro Escolar, reclame a las administraciones «más equilibrios en los sacrificios» y que «cuando no haya dinero se priorice lo público».

La provincia burgalesa cuenta este año con una plantilla de 4.963 docentes, 130 menos que el curso anterior, aunque los datos de la Consejería no diferencian los profesionales por tipo de centro. STECyL critica que hayan bajado los recursos humanos pese a que existen mil alumnos más. Tampoco es posible conocer la distribución de los estudiantes extranjeros. Burgos suma 4.695 alumnos de otras nacionalidades, que son el 9% del total.

El sindicato de profesores habla de que la red pública asume la mayor parte de la población desfavorecida. Y cita, por ejemplo, de que el curso 2011-2012, el 78% del alumnado extranjero en la Comunidad Autónoma se concentró en la escuela pública. De ahí, la crítica velada de Escolar al comentar que «parece que a la privada le cuesta que los pobres se sienten en sus pupitres».

Una situación, unida a los recortes y al anteproyecto de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), que ha provocado la convocatoria de una huelga para el 9 de mayo por parte de los sindicatos y la comunidad educativa.